Premios Goya

Este sábado 10 de febrero el Teatro Calderón de Valladolid se vista de gala para acoger la entrega de los premios más importante de la industria del cine en España. Los Premios Goya se entregarán en una noche en el que películas como '20.000 especies de abejas' o 'La sociedad de la nieve' parten como favoritas, pero con varios gallegos nominados.

 

La cinta 'O corno', ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián, se queda con solo una nominación en actriz revelación

La cinta Alcarràs, otra de las grandes favoritas, no se llevó finalmente ningún galardón en la gala

Además de La Entrega de Díaz, nominada en ficción, el corto Memoria, de la actriz gallega Nerea Barros, compite en documental

'Union Wars' y 'Los demonios de Barro' son dos filmes de animación de raíces gallegas que están nominados en la próxima edicióny alejados del tópico del cine infantil.

Los gallegos Luis Tosar y Javier Gutiérrez competirán entre sí para hacerse con el Premio Goya al mejor actor protagonista, por segunda vez consecutiva, por sus papeles en 'En los márgenes' y 'Modelo 77', en un año con una docena de nominaciones gallegas.

 En las vitrinas de este coruñés descansan tres premios Goya: dos a Mejor Corto de Animación; uno a Mejor Película de Animación

 

El cortometraje documental 'Sólo son peces', que codirige la gallega Paula Iglesias junto a la vasca Ana Serna, es candidata a los Premios Goya en su 35 edición, que se celebrará en marzo de 2021.

Gas Natural Fenosa impulsa esta iniciativa gratuita para el público que circula durante mes y medio.

Actualmente no hay ninguna película en la cartelera de los cines de Santiago de Compostela que esté dirigida por una mujer.

'Psiconautas, los niños olvidados' ha sido premiada como Mejor Película de Animación y 'Decorado', como Mejor Cortometraje de Animación.

A curtametraxe, realizada a partir das gravacións dos anos sesenta do antropólogo Luís Diego Cuscoy, foi seleccionada xunto a outras sete curtametraxes, das cales sairán as catro finalistas. 

O cinema español deuse cita nos Premios Goya, coas carencias de sempre e un glamour de andar por casa no que volveron primar os escotes, as xoias a préstamo e os vestidos con nomes e apelidos, para que as que poidan cómprenllos aos modistos que botan unha man para o mellor desenvolvemento dunha festa necesaria pero con complexos inevitables. O do smoking de Pablo Iglesias foi un punto e aparte.