Una anciana soporta viajes de 6 horas a su tratamiento teniendo un hospital al lado de casa
La mujer, natural de Carnota, tiene que levantarse tres días a la semana a las 5:30 para acudir a sus sesiones de hemodiálisis en Santiago, teniendo el de Cee a 20 minutos.
La Coordinadora Anti-Privatización da Sanidade Pública acaba de denunciar la situación que vive una vecina de Carnota (A Coruña), que "a sus 70 años y con múltiples patologías renales y cardiovasculares", tiene que levantarse "tres días a la semana a las 5,30 de la mañana" para desplazarse hasta el Hospital de Santiago de Compostela y ser sometida a su tratamiento de hemodiálisis. El viaje, según el comunicado de la coordinadora, es interminable: tres horas de Carnota a Santiago, cuatro de hemodiálisis, y otras tres de viaje de vuelta a Carnota.
Y todo ello, disponiendo de un hospital, el de la Virxe da Xunqueira, en Cee, a tan solo 20 minutos de su domicilio, donde podría realizar dicho tratamiento, por lo que la familia ya ha solicitado a la Xunta su traslado.
Esta situación paradójica se produce porque el Hospital de Cee no corresponde a su área sanitaria, aunque el hijo de la afectada ha declarado estar dispuesto a llevarla personalmente a Cee para "acabar con la tortura que supone para una persona de su edad tener que levantarse a las 5,30 de la mañana, y aguantar seis horas de viaje y cuatro de tratamiento".
En un recurso presentado por la familia para obtener el traslado, se expone que las enfermedades que padece, unidas a su edad, le causan a esta vecina de Carnota "un agotamiento físico y psicológico considerables, agravando otros males que padece". Tachan este sufrimiento de "innecesario", puesto que el mismo programa de diálisis también está disponible en Cee.
"No podemos permitir este tipo de situaciones infrahumanas", denuncia la Coordinadora, que atribuye a la "escasez de medios de la sanidad gallega" tales circunstancias, que "acaban pagando los pacientes, muchas veces con sus vidas". "Los recortes matan y no podemos quedar callados ante tanto desprecio y falta de empatía de los actuales gestores del Sergas", remachan.
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