"Roberto Martínez Guzmán nació y se crió en Ourense, donde todavía continúa residiendo.
Su carrera literaria comienza en 2010 con la publicación de Cartas desde el maltrato, un original libro de no ficción que no deja indiferente a nadie.
No sé hasta qué punto es habitual que un opinador recién llegado dedique su primer artículo a presentarse. La verdad es que ni lo sé, ni lo he buscado. Esta es mi primera aportación a este periódico y he pensado que debía dedicar el artículo de hoy a presentarme, como el rasgo de buena educación de cualquier persona que llega a un lugar en el que otros ya están.
No soy de derechas ni de izquierdas, o lo soy de ambas ideologías dependiendo del momento y el tema. Creo en el bienestar ciudadano, en la responsabilidad de quien nos gobierna (sí, a veces soy así de iluso) y estoy firmemente convencido de que la paz, y su búsqueda, justifica todo o casi todo. Para mí, la verdadera frontera de cada persona se sitúa en el felpudo de su hogar y si algo he aprendido con los años es que el ser humano, con su grandeza y sus miserias, muchas más de las que es consciente, al final es igual en todos lados.
Reconozco que nunca me había planteado escribir una columna como esta. Varias veces me habían ofrecido esa posibilidad y siempre dije que no. Eso significa que, por desconocimiento, quizá me salga muchas veces de los parámetros que se suelen utilizar en estos casos, pero también es posible que de ahí pueda surgir un punto de frescura que justifique mi presencia aquí. Lo cierto es que nunca he entendido por qué la opinión de una persona es más interesante que la de otras, por mucho que la primera pueda ser conocida y las segundas, no. Y tampoco sé qué esperan de verdad los lectores de alguien a quien le ofrecen una columna pública para expresarse. Pura ignorancia en ambos casos, que no sé si quiero corregirla.
Si nos atenemos al diccionario, la palabra opinador se aplica a quien da una opinión en profundidad sobre algo, pero yo prefiero pensar que, en mi condición de escritor, tendré la imaginación necesaria para descubrir un prisma nuevo en determinados temas que quizá no siempre pueda exponer quien está más sometido que yo a la tiranía de la realidad.
En este sentido, he de decir que lo mío son las novelas, tramas de ficción en las que pasa lo que yo quiero, los personajes son como yo decido y acaban como a mí me parece. Y como ya he confesado antes, nunca he escrito artículos más allá del muro de mi Facebook, pero si algo me motiva son los retos nuevos y creo que ha llegado el momento de embarcarme en esta aventura. Espero que valga la pena. Sobre todo, para los lectores, porque lo que es para mí, ya solo el intento por sí mismo justifica el haber aceptado la propuesta de este periódico.
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