Son muchas las evidencias en Galicia que apuntan la que este país precisaría de un paso por la izquierda –varias legislaturas- para así abandonar su condición de periferia. El largo período de gobierno conservador (34 de 41 años) con sus políticas neoliberales no hizo mas que acentuar los perfiles periféricos de Galicia (escaso y precario empleo que favorece la emigración, deficitario estado de bienestar que acentúa las desigualdades sociales, sectores productivos básicos en decadencia y desorden urbano y rural que intensifican los desequilibrios territoriales, deterioro medioambiental, etc). 

antisistémica que, con las ideas muy claras, ponga en marcha políticas que rompan esta dinámica histórica. Políticas que, por otra parte, son posibles sí hay voluntad de llevarlas adelante y se tejen las alianzas precisas. Una izquierda antisistémica cuyo por el central, como podemos comprobar, aun no fue quien de asentarse definitivamente. No le está resultando fácil ni fácil la En Marea encontrar el camino que facilite su consolidación como principal fuerza antisistémica de Galicia. No le está resultando fácil ni fácil. Y el tiempo se va agotando pues las elecciones municipales ya están ay en el horizonte (junio del 2019) y serán la “prueba del algodón” de En Marea. Del resultado de esos comicios dependerá muy mucho que bien se consolide cómo lo que dice querer ser (“la alternativa de cambio que el conjunto de la sociedad gallega precisa”) bien le acabe pasando como la muchas otras experiencias fallidas de la izquierda que se quedaron en el camino.

Villares y la Coordinadora. El sector con las ideas mas claras y precisas sobre el papel que debe desempeñar En Marea en Galicia, así como cuales deben ser sus objetivos estratégicos y el modelo orgánico que ha de adoptar para conseguir aquellos. Un sector que, como se pudo comprobar en ese Plenario, va ganando adeptos y simpatizantes entre los inscritos la medida que avanza. El sector mas genuinamente “mareante” que cuenta a su favor con la ventaja añadida, muy importante en los tiempos que corren, de tener un líder (Luis Villares) conocido y evaluado a nivel gallego algo del que carecen el resto de colectivos de En Marea. Un líder con un fuerte compromiso personal, integro, decente, con voluntad de servicio a los demás y con uno claro compromiso con el proyecto que supone En Marea.


Sin embargo ste sector no debe, y todo parece indicar que tampoco quiere, caminar sólo si busca conseguir tales objetivos estratégicos. Que debe acompañarse, cuando menos, de Podemos el que les obliga la @ambos los dos a llegar a acuerdos hoy ausentes. Acuerdos imprescindibles que den paso a un proyecto común mas próximo a los planteamientos de En Marea que a los de Podemos. Un proyecto colectivo que se a nivel estatal haría bien en aprovechar el atractivo que, especialmente entre la gente joven, tiene Podemos a nivel gallego debe organizarse en torno al proyecto En Marea. Sí ambos los dos sectores asumen esta necesidad no había debido ser difícil avanzar en una mayor unidad estratégica y orgánica. Una unidad que, sin dudas, incrementará notablemente el apoyo entre la ciudadanía gallega. 


Una unidad que respetando las lógicas diferencias, que son un activo de En Marea, precisa tanto de altura de miras en la visión política como de lealtad en los comportamientos. Otra lectura del Plenario es que fuerzas cómo Izquierda Unida y ANOVA, aun contando con personalidades políticas relevantes, no son quien de liderar por sí mismas un proyecto plural como En Marea. Seguramente que les lleve tiempo entender este su papel secundario frente al espacio común y puede que nunca finalicen de aceptarlo, especialmente sus aparatos, lo que sería malo para ellos y para En Marea que quedaría debilitada, nunca fundida. Pero habían debido pensar que sí ninguna de estas dos fuerzas puede ir muy lejos sin integrarse en la En Marea esta sí puede caminar sin aquellas aunque seguramente algo mas debilitada. Por las viejas inercias y el carácter de algunos de sus dirigentes ese esfuerzo de comprensión no será fácil de que se materialice. Pero no hay alternativa en el corto y el medio plazo y sería un error histórico no entenderlo. 


Como en el caso de Podemos precisara de estas fuerzas altura de miras y generosidad. Algo que por cierto no se le puede discutir al sector mayoritario cuyos esfuerzos a favor de la unidad, en la diversidad y el pluralismo, son indiscutibles. Otra lectura evidencia que esta En Marea debe finalizar de configurar su estructura orgánica y su proyecto estratégico. Un proyecto que, como decía, tiene por delante un grande reto institucional: las elecciones municipales de junio del 2019 en las que debe multiplicar su poder local además de conservar lo que ya tiene –Compostela, A Coruña, El Ferrol …-.


Unas elecciones municipales en las que, manteniendo con coherencia a estrategia orgánica y política de defensa de la autonomía de las mareas municipalistas, debe también presentar a nivel gallego unas señas de identidad claras que tengan como eje central a defensa del papel de los ayuntamientos en un estado democrático avanzado. Unas señales de identidad que, por caso, habían debido por el foco en el papel fundamental de los ayuntamientos en la creación de empleo, en la construcción del estado de bienestar, en la organización y ordenación del territorio y en la conservación del medio ambiente (“construir un nuevo modelo de padres partiendo de los ayuntamientos”). 


Papel para cuyo eficaz cumplimiento los ayuntamientos precisan de contar con una base económica que garantiza su autonomía política, unos ingresos –propios y ajenos- que se ajusten a la financiación necesaria de las competencias y servicios. Papel que al mismo tiempo requiere, dada el elevado minifundismo municipal de Galicia, del diseño de una nueva planta municipal. En Marea debe también superar de una vez sus carencias en la relación con el movimiento sindical sí quiere tener incidente real en las clases trabajadoras gallegas. Sus dirigentes deben entender que esta organización nunca será una autentica alternativa de cambio sin un potente apoyo sindical que le ayude a construir y articular el bloque sociopolítico que lidere el cambio que precisa Galicia. En las ultimas grandes movidas ciudadanos (sanidad, pensiones, mujeres..) 


En Marea supo interpretar el descontento y lo rechace de las clases populares frente las políticas neoliberales manteniendo en aquellas una presencia muy relevante y significativa que doy fe de su fuerte compromiso social. Debe avanzar y ahondar en esa vía para lo cual precisa de entenderse y coordinarse con los sindicatos mayoritarios. Finalmente todos los miembros de En Marea deben tener muy claro que cualquier proyecto pluralista esconde diferencias y contradicciones entre miembros con diferentes sensibilidades. Algo que, como las luchas internas por el poder, resulta inevitable pero lógico y legítimo que se transforma en positivo sí son quien de resolverlas democráticamente y con respeto las minorías pero siempre con lealtad entre sus miembros. Lealtad que, hoy por hoy, se vota demasiado en falta en esta organización muchas de las veces bien por falta de madurez bien por la superveniencia de practicas que nos recuerdan en demasía la vieja política. Prácticas que, con demasiada frecuencia, chocan con el que Marcuse señalaba debía ser señal de identidad de las izquierdas: el comportamiento ético. 


Son muchas las tareas que le quedan por delante la En Marea. Veremos sí sus inscritos son quien de estar la altura de las circunstancias. El futuro de Galicia está en juego. 




Outra lectura do Plenario é que forzas como Esquerda Unida e Anova, aínda contando con personalidades políticas relevantes, non son quen de liderar por se mesmas un proxecto plural como En Marea. Seguramente que lles leve tempo entender este ou seu papel secundario fronte ao espazo común e poida que nunca rematen de aceptalo, especialmente vos seus aparellos, ou que sería malo para eles e para En Marea que quedaría debilitada, nunca fundida. Pero deberan pensar que se ningunha destas dúas forzas pode ir moi lonxe sen integrarse na En Marea esta se pode camiñar sen aquelas aínda que seguramente algo mais debilitada. Polas vellas inercias e ou carácter dalgúns dous seus dirixentes ese esforzo de comprensión non será doado de que se materialice. Pero non hai alternativa non curto e ou medio prazo e sería un erro histórico non entendelo. Como non caso de Podemos precisase destas forzas altura de miras e xenerosidade. Algo que por certo non se lle pode discutir ao sector maioritario cuxos esforzos a prol dá unidade, na diversidade e ou pluralismo, son indiscutibles.


Outra lectura evidencia que esta En Marea debe rematar de configurar a súa estrutura orgánica e ou seu proxecto estratéxico. Un proxecto que, como dicía, ten por diante un grande reto institucional: as eleccións municipais de xuño do 2019 nas que debe multiplicar ou seu poder local amais de conservar ou que xa ten –Compostela, A Coruña, Ou Ferrol …-. Unhas eleccións municipais nas que, mantendo con coherencia a estratexia orgánica e política de defensa dá autonomía dás mareas municipalistas, debe tamén presentar a nivel galego unhas acenos de identidade claras que teñan como eixo central a defensa do papel dous concellos nun estado democrático avanzado. Unhas sinais de identidade que, por caso, deberan por ou foco non papel fundamental dous concellos na creación de emprego, na construción do estado de benestar, na organización e ordenación do territorio e na conservación do medio ambiente (“construír un novo modelo de pais partindo dous concellos”). Papel para cuxo eficaz cumprimento vos concellos precisan de contar cunha base económica que garante a súa autonomía política, uns ingresos –propios e alleos- que se axusten ao financiamento necesario dás competencias e servizos. Papel que asemade require, dada ou elevado minifundismo municipal de Galiza, do deseño dunha nova planta municipal.


En Marea debe tamén superar dunha vez as súas carencias na relación co movemento sindical se quere ter incidencia real nas clases traballadoras galegas. Vos seus dirixentes deben entender que esta organización nunca será unha autentica alternativa de cambio sen un potente apoio sindical que lle axude a construír e artellar ou bloque sociopolítico que lidere ou cambio que precisa Galiza. Nas ultimas grandes movidas cidadáns (sanidade, pensións, mulleres..) En Marea soubo interpretar ou descontento e ou rexeite dás clases populares fronte as políticas neoliberais mantendo naquelas unha presenza moi relevante e significativa que dou fe do seu forte compromiso social. Debe avanzar e afondar nesa vía para ou que precisa de entenderse e coordinarse cos sindicatos maioritarios.


Finalmente tódolos membros de En Marea deben ter moi claro que calquera proxecto pluralista agocha diferenzas e contradicións entre membros con diferentes sensibilidades. Algo que, como as loitas internas polo poder, resulta inevitable pero lóxico e lexítimo que se transforma en positivo se son quen de resolvelas democraticamente e con respeto as minorías pero sempre con lealdade entre vos seus membros. Lealdade que, hoxe por hoxe, vótase demasiado en falta nesta organización moitas dás veces ben por falta de madurez ben pola superveniencia de practicas que nos lembran en demasía a vella política. Prácticas que, con demasiada frecuencia, chocan co que Marcuse sinalaba debía ser sinal de identidade dás esquerdas: ou comportamento ético.


Son moitas as tarefas que lle quedan por diante a En Marea. Veremos se vos seus inscritos son quen de estar a altura dás circunstancias. Ou futuro de Galiza está en xogo.

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