Las empresas con elevadas concentraciones de radón se exponen a sanciones de hasta 30.000 euros, e incluso al cierre del centro de trabajo, y están obligadas a realizar mediciones periódicas para la detección de este elemento químico (gas noble).
Así lo han trasladado este martes los expertos de Intera, una 'spin off' de la Universidad de Santiago de Compostela, en un desayuno informativo en el Círculo de Empresarios de Galicia, en Vigo, donde han explicado el borrador del Real Decreto que transpone la directiva 2013/59 Euratom del Consejo de 5 de diciembre de 2013 (sobre la protección contra el radón).
Tal y como ha explicado la CEO de Intera, Elena González, la normativa obliga a las empresas a realizar mediciones en los centros de trabajo situados en planta baja, sótanos, o bien en aquellos con acceso de público.
Si la concentración de radón supera los 300 becquerelios (Bq) por metro cúbico de media anual, la empresa debe tomar medidas de mitigación. En caso contrario, puede enfrentarse a sanciones que alcanzan los 30.000 euros o incluso el cierre del centro de trabajo.
Por su parte, la profesora de la Facultad de Física de la USC y asesora científica de Intera, Dolores Cortina, ha recordado que el radón es un gas radioactivo de origen natural y que es la segunda causa de cáncer de pulmón, según la OMS. En Galicia, ha apuntado, este gas tiene una incidencia "especialmente importante" por las características del suelo granítico.