La defensa del principal acusado pide al juez que si lo condena lo haga por una imprudencia menor y tenga en cuenta atenuantes
Dos hermanos vecinos de O Vao, en el municipio pontevedrés de Poio, y un hombre de Marín se sentaron este miércoles en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 2 de Pontevedra por su implicación en una pelea en la que resultó herido de muerte José P.M., de 61 años, propietario del establecimiento Ciber War en la localidad pontevedresa de Marín.
Durante la vista oral se visionaron tres grabaciones de vídeo efectuadas por las cámaras de seguridad del cíber aquel 9 de febrero de 2016 en las que se pudieron ver tanto los momentos de tensión previos a la reyerta como el instante en el que cuatro personas se pelean y el propietario del establecimiento cae al suelo.
La discusión se inició a causa de la negativa del dueño del cíber a grabar unos CD's que le habían pedido los dos acusados de Poio y un hermano y un primo menores de edad. Los clientes empezaron a increpar e insultar al propietario del local, quien alertó a su hijo, que llevaba el negocio con él, originándose un forcejeo que acabó con el propietario fallecido y su hijo y dos de los clientes en el banquillo de los acusados.
La Fiscalía considera que José Manuel P.O., hijo del fallecido, es autor de dos delitos leves de lesiones por los que pide que se le imponga 360 euros de multa. Él reconoció que se encaró a los clientes pidiéndoles que abandonasen el local y que cuando uno de ellos, al que reconoció como Joaquín S.J., le atacó empezó a forcejear, pero explicó que en todo momento lo hizo por defenderse, pues llegaron a tirarle al suelo tres veces. "Me pisaban y golpeaban la mano", ha declarado.
En la confusión de la pelea, ha explicado, que no vio el impacto en la cara de su padre y la posterior caída que le provocó un traumatismo craneoencefálico severo que le causaría la muerte, pero sí observó que alguien alzaba la mano y señaló de nuevo a Joaquín S.J..
La Fiscalía responsabiliza a Joaquín S.J. de lesionar al coacusado José Manuel P.O. y también del golpe mortal de su padre. Le atribuye dos delitos de lesiones leves por los que pide que se le condena a 360 euros de multa y uno de lesiones graves y otro de homicidio imprudente, por los que pide una condena tres años y tres meses de prisión.
También solicita que indemnice a la esposa del fallecido con 115.000 euros, a tres de sus hijos con 51.000 euros cada uno y al coacusado José Manuel P.O., con 22.000 euros.
IMPRUDENCIA MENOR
Joaquín S.J., el principal acusado, se limitó a responder a las preguntas de su abogada asegurando no recordar haberle pegado al dueño del cíber. Su abogada defensora pidió al juez que si condena a su cliente lo haga por una imprudencia menor y tenga en cuenta las circunstancias atenuantes de drogadicción, alteración mental y dilaciones indebidas.
En cuanto al tercer acusado, Enrique S.J., la fiscal del caso le pide 360 euros de multa por un delito de lesiones leves. Otros dos testigos aseguraron que Joaquín S.J. fue quién asestó el golpe, que le alcanzó la nariz y lo derribó.
Los forenses que practicaron la autopsia a la víctima sostienen que tenía dos traumatismos, uno en la nariz "compatible con un puñetazo o golpe contundente" y otro craneoencefálico que sufrió cuando cayó con fuerza al suelo. Tras entrar en muerte encefálica, murió dos días después en el hospital.
Por estos hechos ya fue juzgado y condenado el hermano menor de los acusados y, además, se considera que su primo, que estaba con ellos en todo momento, no participó en la pelea, sino que se mantuvo apartado.