Los profesionales e la lucha contra los incendios cuentan con equipos de primera que hacen su labor mucho más segura y efectiva, pero hasta sus equipos sufren las consecuencias.



Un año después de la ola de incendios que carbonizó gran parte de los montes gallegos, en Galicia sigue sin haber un consenso en lo referido al Plan Forestal ni a otras medidas en la lucha contra el fuego. Desde mayo hasta octubre, la alerta por riesgo de incendio tiene a bomberos, brigadistas, forestales y demás profesionales de sector con las orejas de punta, a la espera de que una llamada los lleve de nuevo a enfrentarse al calor y las llamas en jornadas interminables que pueden durar días o semanas.


Entre ese grupo de valientes que encaran a auténticos infiernos en la tierra están los miembros de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF). En 15 años han actuado en 1.175 salidas contra los incendios. Ellos se exponen al riesgo, al fuego y a todas las toxinas y componentes que impregnan el aire en medio de un incendio. Afortunadamente, en muchos casos (desgraciadamente no en todos), estos profesionales cuentan con equipos de primera que hacen su labor mucho más segura y efectiva. El vídeo de @BrifLaza se demuestra la cantidad de residuos que se quedan adheridos al traje y como lo limpian antes de que se vuelva a impregnar de esa porquería, que es seriamente perjudicial para la salud.




Una demostración más de la gran labor y el gran respecto que merecen tanto los miembros de las BRIF como el resto de profesionales que, verano si verano también, rivalizan contra el fuego. Ojalá que sigan ganando todas las batallas.  

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