El FC Barcelona está a un paso de volver a una final de la Champions cuatro años después. El equipo azulgrana tiene nombre propio: Leo Messi, pues el argentino sí cree que el Camp Nou es su templo y se encargó de demostrarlo. 



Los de Valverde dejan la eliminatoria medio sentenciada ante un equipo que no supo perforar la meta de Ter Stegen y que lo tendrá muy complicado para ponerle las cosas difíciles en Anfield al cuadro catalán.


El Camp Nou se vistió de gala para albergar una de las mejores noches europeas de los últimos tiempos. Más de 98.000 personas no se quisieron perder la exhibición del argentino en el feudo catalán en un partido que acabó 3-0 y que dejó a un Liverpool muy tocado, que bien pudo marcar algún que otro tanto.


El choque empezó con dominio azulgrana pero sin ocasiones que inquietaran a Alisson. El Barça estuvo cómodo con el balón en los primeros veinte minutos y el dominio inicial se transformó en el primer gol de los locales. Jordi Alba, un especialista, se encargó de filtrar un balón dentro del área para que Luis Suárez se reconciliara con el gol en una eliminatoria europea.


Pero con el 1-0, el elenco de Klopp empezó a encontrarse cómodo con el balón. Pero, al igual que el Barça durante el inicio, tampoco dejó ninguna ocasión clara. Ter Stegen no tuvo que esforzarse hasta la segunda mitad, donde sacó dos manos salvadoras para evitar el tanto inglés.


MESSI DECIDIÓ APODERARSE DE LA ELIMINATORIA


La segunda mitad empezó justamente con el plan de partido deseado para el Liverpool. Los visitantes ahogaron al Barcelona y los de Valverde sufrieron durante el primer tramo del segundo acto. 


El Liverpool le robó el balón a los azulgrana y estuvo mandando en el partido durante unos minutos. El técnico extremeño, entonces, reaccionó, y dio entrada a Semedo para relevar a Coutinho, que no tuvo una gran noche.


Con el 4-4-2, el equipo catalán se encontró más cómodo y, entonces, llegó el segundo tanto, obra de Leo Messi tras un disparo al palo de Luis Suárez. 


En ese momento el argentino se animó y quiso dejar un gol para la historia de las semifinales. Y es que en el minuto 81, el mejor jugador del mundo se inventó un lanzamiento de falta que entró por la escuadra. Messi enloqueció a la par que el Camp Nou, que estaba viviendo una noche mágica al lado del '10', pese a que el juego del equipo no estaba siendo brillante. 


DEMBÉLÉ TUVO LA SENTENCIA 


Con el 3-0, el Barcelona pudo aumentar su ventaja y dejar la eliminatoria sentenciada. El francés, que llevaba menos de dos minutos en el terreno de juego pecó de falta de adaptación al encuentro y regaló el balón al guardameta brasileño del Liverpool, que ya daba por hecho que iba a salir con cuatro dianas encajadas.


De este modo, el Barcelona viajará a Liverpool, donde disputará la vuelta de la eliminatoria el próximo martes, con un resultado prácticamente inmejorable y con mucho a favor. Aunque el Liverpool, en Anfield, es otro equipo y, en Europa, nunca se puede dar una eliminatoria por ganada, sino, que se lo pregunten a la plantilla azulgrana.

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