Es una pregunta que me hago a menudo. Sigo siendo el mismo compañero de hace 2, 4 o 6 años. El mismo que fue expedientado con 5 días de empleo y sueldo por denunciar a un mando policial que bebía de servicio, el que se enfrentó a un Comisario Provincial por expedientar de forma injusta a dos Policías, el que le plantó cara a un Fiscal Jefe por sentarle en el banquillo tras ejercer la actividad sindical. El que tuvo que responder ante Régimen Disciplinario por criticar en prensa el acoso laboral que sufría buena parte de una plantilla gallega, el que denunció ante Fiscalía a la Administración por no repartir los chalecos femeninos tras la muerte de una compañera, el que estuvo al lado de los compañeros de la Operación Zamburiña cuando muchos renegaban de ellos, el que trabaja día a día para que a los afiliados al SUP no le pisen sus derechos y tengan los mejores servicios jurídicos y la máxima formación de calidad. Todo ello es posible gracias a un gran equipo de representantes que creen en este proyecto.


Algunos, de forma intencionada tratan de desprestigiarme, me atacan de forma gratuita y sin darme la oportunidad de defenderme con memes y manipulaciones varias, insultos y mentiras, metiendo incluso a la familia por medio. Decían que me daría sarpullido el uniforme y que lo mío era puro postín, que iba a trabajar dos jornadas y que la cesión de la liberación al compañero de la UIP para que cuidase de su hijo gravemente enfermo era una maniobra electoralista. En lugar de invertir tanto tiempo en desacreditar la acción, que la hubiese hecho por cualquier compañero en situación similar, fuese hoy o hace 2 años, sería más acertado que preguntasen cómo está el hijo del compañero y cómo podrían ayudarle. Si fuese uno de los suyos, ¿criticarían igualmente el hecho? El tiempo va dando o quitando razones. Esos nuevos sindicalistas cuya principal preocupación es cargar contra el SUP, debieran saber que el “enemigo” no somos nosotros. La lucha es contra la Administración y ahí debiéramos coincidir todas la Organizaciones sindicales, pero fue Jusapol quien rompió de forma unilateral la Unidad de Acción con todos los sindicatos representativos el día 21 de diciembre de 2017. Ahí está la hemeroteca. La misma que revela como nunca se harían sindicato o como quisieron tumbar a través de una Proposición de Unidos Podemos el Acuerdo de Equiparación, la que recoge las críticas por los convenios de colaboración de los sindicatos o por la oferta formativa de estos, justamente lo que ellos ponen ahora en valor.


El SUP es un sindicato responsable y su principal aval es el trabajo de sus delegados. Esta seriedad hace que cuando un compañero trasmite un problema, se ponga en marcha la maquinaria para alcanzar una resolución satisfactoria. Cuando una norma es beneficiosa para colectivo la respalda tras llevar las negociaciones al límite y cuando es nefasta no la apoya y se moviliza, como sucedió con la Ley de Personal o con la Jornada Laboral.


Esta semana, hemos asistido a un debate entre el Presidente de Jusapol y la Secretaria General del SUP donde ha quedado claro que a Natán Espinosa tiene unas limitaciones de bulto, dejando patente que si lo sacas de las 5 brechas salariales y de los mensajes populistas que repite hasta la saciedad, no sabe de más problemas que afecten al colectivo. No aclaró si van a disfrutar de liberaciones tras las elecciones al Consejo, tampoco explicó si repartirán los 300.000 euros de la ILP. No reprobó las pintadas en las Comisarías ni los ataques personales a los representantes sindicales, ni comentó su fallida relación con ASP y ARP.

Como me decía un recién afiliado al SUP: he acudido a vosotros porque mi problema no se soluciona con el JuJuJu, hace falta trabajo y rigor en los planteamientos y por el momento, el SUP ahí es dónde marca la diferencia.

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