El impacto del ataque a Saudi Aramco, que demuestra la vulnerabilidad de la mayor firma petrolera del planeta, dispara el temor en los mercados, mitigado por la postura de un Trump que culpa a Irán pero que no parece dispuesto a lanzar una respuesta militar en solitario dado que su país no depende directamente de la producción árabe.



El precio del petróleo ha continuado su racha alcista tras la interrupción de 5,7 millones de barriles al día que anunció este lunes Arabia Saudí después de que varios drones atacaran el fin de semana las fábricas de Saudi Aramco, la petrolera estatal del país islámico.



En concreto, el precio del barril de Brent, de referencia para Europa, ha repuntado un 13,88%, hasta situarse en los 68,58 dólares, una cifra que no registraba desde el pasado 28 de mayo.


De su lado, el precio al que se negocian los contratos de futuros del barril West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Estados Unidos, se ha situado en los 62,1 dólares, lo que implica un incremento del 13,5% y su mayor precio desde el pasado 22 de mayo. Asimismo, los expertos consideran que esta escalada aún podría continuar y amenazar la estabilidad de la economía global.


UN ATAQUE SIN AUTORES CONOCIDOS


Riad informó este sábado de ataques contra dos instalaciones de la petrolera estatal Aramco con un total de diez drones, aunque sin causar daños personales. Una de las instalaciones atacadas se encuentra en Abqaiq, cerca de Damman, en la Provincia Oriental, mientras que la otra se encuentra en el yacimiento petrolero de Hijrat Jurais.


Los huthis, enfrentados desde 2014 al Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi en una guerra en la que cuentan con el respaldo de Irán, reivindicaron el mismo sábado la autoría del doble ataque contra las instalaciones petroleras.


Las autoridades saudíes no han responsabilizado directamente a Irán del ataque como sí hizo el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, y ha dejado entrever este lunes el presidente del país norteamericano, Donald Trump.


Por su parte, Irán asegura que no tuvo nada que ver con el ataque, que ha afectado a la producción de crudo saudí.


El enviado de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, ha indicado este lunes ante el Consejo de Seguridad que "no está del todo claro" quién está detrás del doble ataque contra la infraestructura petrolera del país islámico.


Por su parte, la embajadora estadounidense ante la ONU, Kelly Craft, ha afirmado ante el Consejo de Seguridad que la información que hay sobre los ataques contra dos instalaciones de Aramco "indican que la responsabilidad es de Irán" y que no hay pruebas de que el ataque procediera de Yemen.

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