La Xunta de Goberno del ayuntamiento coruñés de Oza-Cesuras ha acordado por unanimidad decretar el cese de actividad en las edificaciones e instalaciones que se dedicaban a la celebración de bodas y banquetes en la Rectoral de Cines, tras constatar que las obras realizadas en ellas carecían de licencia.

Así lo ha informado la Asociación de Emprendedores de Galicia (Ascega), que en los últimos meses ha lanzado una alerta sobre la "proliferación de situaciones irregulares" en establecimientos que acogen la celebración de bodas y grandes banquetes en la Comunidad.

La decisión de Oza-Cesuras llega después de una investigación realizada por la Xunta de Galicia, a través de la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística, en la que se constató que en el entorno de la rectoral, protegido por el Catálogo del Patrimonio Cultural de Galicia, se habían realizado "obras vinculadas a un uso hostelero en parcelas catalogadas como suelo rústico".

En concreto, explican, la Xunta constató que en el enclave se había construido un pabellón "para uso recreativo" de unos 234 metros cuadrados de superficie, además de una piscina, pérgolas, construcciones auxiliares para aseos, un corredor cubierto y una carpa de recepción, entre otros elementos, que ocupan a mayores más de 210 metros cuadrados. "Todo ello sin haber solicitado la perceptiva licencia municipal y destinado a hostelería", dice Ascega.

Además, y ante un intento posterior de "legalizar la ampliación del complejo", apunta la asociación, la arquitecta municipal emitió un informe desfavorable y la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural indicó que las obras habían provocado "con certeza daños al patrimonio arqueológico" y "resultan totalmente inadecuadas", sostiene Ascega.

La actividad hostelera en la Rectoral de Cines, apuntan, se llevaba a cabo bajo una autorización de establecimiento de turismo rural con 21 plazas de alojamiento y un restaurante con capacidad para 35 personas ubicado en el edificio de la Rectoral.

"Pero la realidad mostraba que allí se celebraban, desde hace años, bodas y banquetes que albergaban a cerca de 200 comensales en las carpas o estructuras anexas para las que tanto la Xunta como el Ayuntamiento han confirmado que no existían permisos", concluyen.

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