De esta forma, una vez el Tribunal Supremo notifique la desestimación, la jueza deberá abandonar su puesto en los juzgados lucenses, donde el Consejo General del Poder Judicial le había impuesto una falta muy grave por “desatención”. Al haber agotado los cauces legales para mantenerse en el puesto, la jueza deberá hacer frente a la sanción impuesta de siete meses y un día.


La jueza Pilar de Lara


Al desestimar el Supremo su recurso por el que pidió la “adopción de medidas cautelares”, de Lara tendrá que dejar su plaza en los juzgados lucenses y concurrir a una nueva, dejando una gran lista de casos pendientes de resolución –el propio Supremo propuso recientemente fragmentar la Operación Pokemon en 32 piezas-.


La medida del Supremo trae consigo la pérdida de destino impuesta por el CGPJ. “Ante los hechos declarados probados en vía administrativa y que han determinado la imposición de la sanción (…) requiere que se cumplan las sanciones impuestas por conductas gravemente contrarias al mismo, sin perjuicio de lo que se resuelva en sentencia”, concluye el Supremo.


Sin embargo, aunque debe ejecutarse la sanción, las puertas del juzgado de Lugo no quedan del todo cerradas para de Lara. Una hipotética sentencia favorable en el futuro podría restituirla en el puesto, aunque a día de hoy dicha sentencia parece bastante improbable. 

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