Ella, a tratamiento psicológico tras los hechos, ocurridos en 2018, lo niega
Un hombre acusado de agredir sexualmente a una joven en Carballo (A Coruña), en octubre de 2018, ha negado los hechos y ha argumentado que fue una relación consentida, frente a la versión dada por ella que alegó que fueron sin su consentimiento.

En su declaración, en el juicio celebrado en la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña, ha explicado que, tras echarse a dormir en un sofá del piso al que había acudido con otros conocidos, tras una noche de fiesta en un pub, sintió que la "penetraran".

"Tenía la ropa interior medio bajada", ha explicado en un juicio en el que la Fiscalía, en sus conclusiones definitivas, solicitó una pena de ocho años de prisión, al aplicar la atenuante de afectación por el alcohol del procesado. La acusación particular la eleva a diez años de cárcel y la defensa pide la absolución.

Los hechos se produjeron en octubre de 2018 en un piso de Carballo a donde la joven había acudido con otro grupo de personas, entre los que conocía a alguno de ellos y con los que había coincidido en un local de copas de la localidad.

En su escrito, el Ministerio Público sostiene que el acusado, que formaba parte del grupo de personas con las que la joven estuvo en el pub y que residía en el piso donde, presuntamente, sucedieron los hechos, era "pleno conocedor del estado de embriaguez de su víctima" y que se aprovechó de que estaba dormida para cometer los hechos.

CONSUMO DE ALCOHOL Y DROGAS
"Ella estaba alegre como yo", ha expuesto el acusado, que indicó que ese día había consumido alcohol y marihuana, un consumo que también reconoció la joven. "Empezamos a tontear, le di un beso", ha afirmado también el hombre que indicó que ella le "empezó a tocar" a él y que luego mantuvieron relaciones, aunque no completas, según apuntó.

Sin embargo, ha asegurado que ella no le mandó "parar", frente a lo expuesto por la joven que manifestó que, desde el encuentro en el pub y aunque siguieron hablando, tanto en el interior del local, como ya en el piso, le trasladó al procesado que no quería nada con él. "Que no me interesaba".

Explicó también que ese día estaba "muy borracha" y que lo que quería era dormir en el sofá antes de volver a casa. Cuando, según su relato, estando dormida, sintió que la penetraban, apartó al procesado con el brazo. "Le dije que parase, yo a él no le toqué", ha dicho rechazando que hubiese una relación consentida.

Varios testigos confirmaron que ambos estaban afectados por el alcohol y uno de ellos, que se encontraba durmiendo en el salón, dijo que al despertarse un momento vio a la pareja tapada con una manta y manteniendo relaciones sexuales. Sin embargo, no ha podido concretar si eran consentidas por parte de la joven.

En el juicio, la psicóloga que la trata explicó que no le suscitó "dudas" la versión que la chica dio de los hechos y que, en la actualidad, tiene "afectada" su vida social y personal, además de estar a tratamiento.

La perito del Imelga estimó también que el grado de alcoholemia era "plena" por parte de la joven, en base a los cálculos existentes desde que se toma el alcohol hasta que se hacen las pruebas, mientras que ratificó que la ausencia de lesiones "no confirma ni excluye la realidad de una agresión sexual".

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