La plataforma denuncia ante la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Consejo de Europa la “persecución” a la que la empresa pública de servicios aeroportuarios, Enaire, somete a sus empleados.


Según sostienen desde A Mesa pola Normalización Lingüística, algunos trabajadores de Enaire han recibido presiones por usar el gallego durante su turno de trabajo.



Protestas de los trabajadores


"Esta acción de la empresa Enaire, perteneciente al Ministerio de Transportes, presenta un precedente de consecuencias  gravísimas si se extende al conjunto de empresas cuya actividad se desarrolla en Galicia", lamenta Marcos Maceira, presidente de A Mesa, que remitió sus denuncias a Fernand de Varennes, relator especial del Alto Comisionado, y a Elise Cornu, responsable de la división de minorías nacionales y lingüísticas del Consejo de Europa.


Desde A Mesa critican que los empleados que se expresan en gallego reciben indicaciones para no hacerlo ni de manera oral ni escrita. "Tanto por el hecho cómo por las graves consecuencias que puede llegar a tener para las trabajadoras, consideramos que es una acción grave de discriminación por el uso de la lengua propia y cooficial protegido por el artículo 5 del Estatuto de Autonomía de Galicia, por el artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por el artículo 27 del pacto internacional de derechos civiles y políticos y el artículo 13 de la Carta Europea de Lenguas Regionales y Minorizadas”, denuncia Maceira.


INSPECCIÓN DE TRABAJO

Pese a que en Enaire insisten que en la dirección madrileña del centro de trabajo no tienen por qué entender en las comunicaciones otra lengua que no sea el castellano, desde Inspección de Trabajo ya emitieron una resolución favorable para los empleados, ya que al encontrarse el centro de trabajo en Galicia tienen derecho a usar el gallego aunque la dirección se encuentre fuera.


Por otro lado, y como resultado de este informe, la empresa acusa a las trabajadoras de "acoso ascendente" agravado por la insistencia en el uso del gallego, algo que puede acarrearles una sanción muy grave.


“A Mesa pola Normalización Lingüística, como ONG que actúa para la defensa y promoción de la lengua gallega, ya se dirigió tanto al ministro de Transportes como a la empresa, para intentar que corrijan esta actitud”, comentan desde A Mesa.

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