En el libro de las horas de Vicente Risco encontramos dos artículos que hablan de la vaca. Este animal tan cercano en las aldeas de antes es ahora un desconocido en muchas de ellas, y no solo por la falta de población, sino por los cambios estructurales de la explotación ganadera. En este sentido la Federación de Razas Autóctonas de Galicia- Boaga trabaja por promover las razas propias de nuestro país: Chachena, Caldelá, Frieiresa, Vianesa y Limiá. Con la crisis del SARS- CoV-2 numerosas jornadas, ferias y actividades programadas tuvieron que ser retrasadas; y el precio de la carne cayó mucho. La situación de muchos ganaderos es muy complicada y aunque las ayudas son escasas, el ánimo y el amor por la naturaleza de estos héroes hace que sigan adelante en el objetivo de recuperar estas razas autóctonas.


En una visita a Escuadro hablo con el Vicepresidente de la asociación y me muestra los montes de A Teixeira en los que ya quedan pocos pastos. Ese día, la nieve vistió las aldeas y pintó los caminos, impidiéndonos llegar a alguno de los destinos previstos, pero pudimos disfrutar de una clase magistral sobre las razas autóctonas, sabiendo que la pasión por la Tierra hace que las cosas más complicadas vayan adelante. Intentaré explicarme mejor. Las razas Caldelá y Chachena no llegan al estándar de los 180 kg. Esto quiere dicer que los precios son más bajos. Los carniceros no poder obtener el mismo número filetes que en otras razas, y lógicamente, buscan la rentabilidad. Pero también hay que tener en cuenta de que la calidad de la carne no tiene comparación. Es mucho mejor la del país y la gente la demanda en restaurantes especializados. Además, si los animales están bien saneados, no tienen problemas sanitarios. Cuando a una Rubia le sacan seis partos, a una Caldelá pueden sacarle hasta 15 partos. Por ser autóctonas, se adaptan mejor al medio y pueden vivir con lluvia o con nieve. Una verdadera maravilla.


Hay que creer en el nuestro, potenciando nuestros montes, nuestras razas y los productos de nuestra tierra. 


Observo con interés la revista que edita la Asociación titulada “Autóctonas Gallegas”, y descubro que además de vacas promueven razas de gallinas, cerdos, cabras y ovejas. En ella leo un artículo de que la raza gallega se vende más que la raza Rubia y me llena de orgullo saber que nuestras razas baten fuerte en el mercado . La asociación   Boaga  también tiene mucho que agradecer la iniciativa pionera en Fontefiz. Allí asesoran a ganaderos desde hace muchos años, apoyándolos cuando los recursos económicos son limitados. Ya en los años 80 los alumnos del instituto  “ Blanco Amor  de Ourense  los visitábamos en las instalaciones con la profesora de ciencias, y ninguno de nosotros pudimos olvidar aquella experiencia.


De vuelta fuimos a almorzar a Maceda y comimos carne al caldero de las vacas criadas en lo montes gallegos. Un placer a lo que no me los había debido renunciar nunca. Para eso hay que creer en el nuestro, potenciando nuestros montes, nuestras razas y los productos de nuestra tierra.




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