Los jugadores celebrando el triunfo



El Celta, liderado por unos inspirados Nolito y Orellana, zarandeó y derrotó al Atlético en Balaídos (2-0). El cuadro de Simeone naufragó en Vigo, no funcionó el tridente y tampoco la solución que buscó tras el descanso el Cholo, porque cuando empezaba a tomarle el aire al partido llegó el penalti cometido por Mario Suárez sobre Nolito, que no perdonó en la transformación. El segundo lo hizo Orellana tras las dos mejores ocasiones del Atlético. Fue un gran partido del Celta, intenso, atrevido y con un gran funcionamiento de todas sus líneas. El juego que le faltaba al Atlético, sin Koke ni Arda, lo tuvo el Celta.

El partido tuvo su punto de extrañeza. El Celta, que hizo un muy buen partido, jugó mejor en la primera que en la segunda mitad, y sin embargo encontró los goles en el segundo acto. El Atlético, que durante 45 minutos se vio agobiado e incapaz de salir de su campo, maniatado por la buena presión y hacer del Celta, se marchó al descanso con un resultado que le sabía a gloria. Cuando empezó a soltarse, a quitarse el dominio y parecía que se sentía más cómodo, fue cuando recibió los daños. Sea como fuere, ganó el equipo que más cosas hizo y que mejor jugó.

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