El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha iniciado los trabajos de investigación para desarrollar un agente espumante basado en jabones naturales y arcillas para la extinción de incendios forestales.

En un comunicado, el CSIC explica que el Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia (IIAG) es quien está al frente del proyecto. La financiación del mismo corre a cargo de la Fundación Humanismo y Ciencia, inscrita en el Ministerio de Educación y Ciencia, con un presupuesto inicial de 134.000 euros.

El proyecto da continuidad a las investigaciones desarrolladas desde el 2001 por el IIAG en relación al desarrollo y uso de agentes espumantes en los incendios forestales, así como sus posibles efectos colaterales en ecosistemas acuáticos o terrestres.

Además del IIAG, el Departamento de Física Aplicada de la Facultad de Física de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) también participará en las investigaciones.

MEJORAR LA EFICACIA
El investigador científco del CSIC en el IIAG y principal investigador del proyecto, Serafín González Prieto, afirma que "para mejorar la eficacia en la extinción de incendios se le añaden al agua unas sustancias conocidas como 'retardantes de llama', cuya eficacia depende de varios mecanismos físicos o químicos".

González Prieto destaca que los efectos ambientales de estos retardantes "han llevado en los últimos años a la búsqueda de formulaciones alternativas 'eco-amigables', entre las que figura sustituir por jabones naturales y arcillas los detergentes sintéticos que originalmente se incluyen en su composición, líneas de actuación que se están llevando a cabo en Polonia y Japón".

El objetivo de la investigación es comprobar si la adición de una dosis adecuada de arcilla a un agente espumante de nueva generación permitirá prolongar la persistencia de la espuma y obtener un agente más respetuoso con el medio ambiente y de eficacia prolongada para la extinción de incendios forestales, incluso en zonas ambientales sensibles.

La investigación contará con dos fases. Durante la primera, se desarrollará un agente espumante a corto plazo y se caracterizarán sus propiedades termo-físicas, con el objetivo de que este tenga una mayor persistencia de la espuma gracias a la adición de una dosis optimizada de bentonita. En la segunda fase se evaluará, a través ensayos en laboratorio, su eco-toxicidad sobre los ecosistemas terrestres y acuáticos.

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