Los griegos hablaron ayer y lo han dicho alto y claro. No están dispuestos a seguir pasando por el calvario de recortes y miseria, que por otra parte no les asegura un futuro y, si para conseguir escapar de ese calvario, es necesario renunciar al Euro, lo harán. 


La maniobra a la desesperada de Tsipras de convocar un referéndum le ha servido para dejar ahora la pelota en el tejado de una Europa que todavía mira sorprendida al resultado de las urnas sin comprender que a una persona no le puedes dar a elegir entre la miseria o la dignidad. Siempre se optará por la dignidad y eso es lo que hicieron ayer los helenos.


A partir de hoy, habrá que mirar con prudencia cómo se van sucediendo los acontecimientos, no vaya a ser que el plante de Grecia arrastre de nuevo a España a lo más hondo del pozo de la crisis de la que parecía que iba saliendo, aunque se hayan quedado muchas en el camino.


Desde hoy ganadores o perdedores, tanto Grecia como la Eurozona, deben afanarse por amortiguar los efectos negativos del resultado del referéndum de ayer: un referéndum extraño a la tradición helena, durante el siglo XX ha habido siete en ese país, todos dedicados no a una cuestión económica/europea, como ha sido el caso, sino a temas constitucionales (Monarquía o República, nuevas Constituciones); y también porque en este caso no se utiliza, como se suele, para que la ciudadanía valide una decisión del Gobierno, o para elegir entre dos opciones de gobernanza, sino con el designio de rechazar una propuesta económica de los socios europeos.


La victoria del “No”, debería servir para redefinir la dinámica Sur/Norte dentro de la Eurozona, lo que conllevaría también la revisión de las relaciones de poder dentro del Eurogrupo. En realidad, Grecia, España y en menor medida Portugal, tienen más poder del que han tenido el coraje de utilizar. El poder le viene porque deben muchísimo dinero prestado a Alemania, que este país no puede perder, lo cual ocurriría si alguno de estos países no pagaran.


Recuerdo aquello de… si usted, lector, debe 100.000 euros a un banco y no los puede pagar, usted tiene un problema. Pero si usted debe 100.000 millones al banco y usted no los puede pagar, el problema es del banco. Y Alemania es plenamente consciente de ello.


Todos los neoliberales y socioliberales se han movilizado para que Syriza no ganara, utilizando todo tipo de argumentos. Pero ello es parte de una defensa de intereses, con escasa credibilidad, así de claro, y los griegos han dicho ¡No! O al menos no al austericidio.

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