En la zona arrasada por las llamas los técnicos localizaron siete artefactos explosivos que fueron colocados en un radio de seis kilómetros. El encargado de anunciar el hallazgo fue el regidor de Xinzo, Antonio Pérez, que no dudó en hablar de «terrorismo ecológico organizado» y en tachar a los autores del fuego de «yihadistas», por la intencionalidad de sus acciones.


Según las declaraciones de Pérez los artefactos se activaron «en un espacio de 25 minutos». Además, y aunque por el momento se desconoce la identidad de las personas que pueden estar detrás de este desastre natural, el alcalde señaló que varios vecinos vieron el mismo vehículo en varios incendios. «Y eso ya es demasiada casualidad», aseguró flanqueado por sus homólogos de los municipios de Baltar, Trasmiras y Cualedro.

Sobre la virulencia con la que las llamas cercaron casas y aldeas, los regidores explicaron que el fuego se acercó con peligro a más de una veintena de pueblos y que causó daños importantes en una vivienda deshabitada, almacenes, cultivos, árboles y mobiliario urbano. También estuvieron en riesgo varias granjas, una situación que los representantes locales calificaron de «terrible» y «dramática» y en la que —reconocieron— incluso llegaron a temer por la vida de los vecinos. De hecho, muchos de ellos se quedaron sin suministro eléctrico y tuvo que ser decretada la situación nivel dos de emergencia por la proximidad del fuego a las casas. Tanto fue así, que el propietario de un alpendre sufrió heridas mientras trataba de proteger el recinto del avance de las llamas.


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