El informe realizado por el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) sitúa el fallecimiento del bebé «entre las 19 y las 20 horas» del pasado lunes. La Policía Nacional, en su atestado, situó el deceso entorno a las 20.15 horas, debido a que esa fue la hora en la que fueron movilizados los agentes tras recibir una llamada desde el propio hotel advirtiéndole de los hechos.


El marido de la presunta homicida. Raúl Serrano Martínez, venezolano, ha explicado que el pasado lunes por la mañana tuvo una fuerte discusión con su mujer por un asunto relacionado con la pequeña y que su esposa llegó a echarle de la habitación tirándole la ropa al pasillo, una escena que fue vista por otros huéspedes del hotel y que quedó grabada en las cámaras de seguridad del establecimiento.




Tras ese incidente, el hombre salió para visitar la ciudad y acudir a la misa del peregrino en la catedral compostelana y no fue hasta las 22 horas, aproximadamente, cuando recibió una llamada desde el hotel relatándole lo sucedido. Un testigo que estuvo con él en la basílica, y que también declaró ante la jueza, ha corroborado su relato. Además, nuevamente las cámaras del hotel ratifican que Raúl Serrano no estaba en el establecimiento a la hora en la que se produjo la muerte de la niña.




Tras la fuerte discusión que mantuvo la madre de la pequeña con su marido,está se quedó sola. Un matrimonio residente en Inglaterra que la conocía de otro congreso y que también estaba alojado en el hotel Puerta del Camino de Santiago se ofreció para acompañarla. Ambos también declararon como testigos ante la jueza que instruye el caso.


En su relato, coincidieron en que estuvieron dando un paseo con la presunta homicida de su hija y que también tomaron algo en la cafetería. No notaron nada especialmente raro, tan solo que la encontraron cansada. Entre las 19 y las 19.30 horas, Raue Ortega les dijo que subía a la habitación y se despidió de ellos. Poco después, el matrimonio decidió regresar a su habitación y la mujer quiso pasarse a ver qué tal estaba la detenida. Cuando accedió a la estancia se encontró con la pequeña sobre la cama, cubierta con una toalla blanca y con dos piedras encima. Una del tamaño de un puño y otra más pequeña.



La pequeña ya no respiraba, por lo que avisaron a recepción para que enviasen una ambulancia. Mientras tanto, fue el marido inglés de esta mujer -ella de origen portugués- el que intentó reanimar al bebé hasta que llegaron los médicos. En ese momento, la madre de la niña fallecida comenzó a llorar y gritar, pero no decía nada y estaba totalmente ida, según explicaron.



En su declaración, el marido de la presunta homicida señaló que la mujer ya había tenido que ser ingresada en un psiquiátrico en Alemania y que tenía recetada una medicación que él no fue capaz de asegurar que estuviese tomando. El estado mental de la detenida será un eje crucial del caso, ya que si los informes psiquiátricos revelan que tiene mermadas sus facultades podrían aplicársele atenuantes e incluso la eximente en el caso de que continuase imputada y acusada.




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