Habían pasado sólo 23 días de la desaparición de la estadounidense Denise cuando el perro de la Guardía Civil marcó la finca del ahora detenido por el asesinato de la peregrina. Benny es uno de los perros del Grupo Cinológico de la Guardia Civil especialista en rastreo y rescate. Su misión fue seguir con el olfato el rastro de Denise y lo consiguió.


El 27 de abril Benny guió a  los agentes de la Guardia CIvil hasta la finca de una hectárea de Miguel Ángel Muñoz Blas, un hombre que había llegado a la zona hace sólo tres años antes, justo cuando comenzaron las primeras denuncias de turistas extranjeras sobre un varón que intentaba robarlas y asustarlas en esa zona .

La localidad leonesa de Astorga es una población de unos 10.000 habitantes sin embargo es demarcación y competencia de la Policía. Sin embargo, denuncia la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), “cuando el Grupo Cinológico de la Guardia Civil de la XII Zona, especialista en salvamento y rescate, estaba rastreando con sus perros por las inmediaciones de la finca donde se encontraban los restos de la mujer, el Comisario de la Policía Nacional de Astorga, presente en la zona, preguntó al guía de perros la razón de su presencia en ese lugar, informándole de que se trataba de una demarcación de la Policía Nacional, y no de la Guardia Civil”.


Un portavoz de la AUGC, explica que “el mando policial dijo al agente que debía marcharse porque era su demarcación y el guardia civil intentó explicarle que el perro había seguido con el olfato el rastro de Denise hasta allí y que seguía inquieto, porque lo que no era bueno finalizar la búsqueda al margen de qué grupo policial correspondiera el terreno”. Pero a pesar de que los agentes lo pusieron en conocimiento de sus superiores, “los guardias civiles tuvieron que retirarse de la zona para evitar mayor conflicto. Como consecuencia de esta circunstancia, al día siguiente el Servicio de Intervención Rápida (SIR), las patrullas y el Grupo Cinológico de la Guardia Civil modificaron el área de búsqueda, trasladándose 20 kilómetros más allá de Astorga, no porque no hubiese sospechas, sino por tener que limitarse a buscar en demarcación de la Guardia Civil”.


Según fuentes de la Guardia Civil, “después de que Benny marcase el camino al ser experto en búsqueda de personas, había que haber llevado a otro perro especialista en la detección de cadáveres. Pero la Policía no sólo nos echó, es que no continuaron el trabajo donde lo habíamos dejado poniendo a su propio perro especialista. En ese momento se hubieran conseguido más pruebas del caso y no habríamos pasado por el bochorno de que el senador estadounidense John McCain tuviera que ofrecer al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, los servicios del FBI al ver que no se resolvía el caso”.

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