La entidad busca, con esta adquisición, poner fin a los problemas que habían experimentado algunos clientes desde la integración de las oficinas de la antigua Bankia bajo el ala de CaixaBank. Los errores se debían a que algunos cajeros estaban obsoletos y no eran capaces de soportar el peso del software de CaixaBank.


CaixaBank | Foto: EP


Estos 1.000 cajeros previstos para este año se suman a los cerca de 8.500 ya modernizados tras el acuerdo alcanzado en 2014 con Fujitsu.


El gasto en las máquinas ronda los 500 millones de euros. Cabe destacar que, en ningún caso los cajeros se instalarán en zonas nuevas, sino que ocuparán el lugar de los antiguos.


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