Los socialistas piden un plan "coordinado" y el Gobierno autonómico insiste en la responsabilidad "social" del problema, y "no sólo de las Administraciones"

El PSdeG ha instado este miércoles a la Xunta a luchar contra los riesgos derivados del uso problemático de Internet y las redes sociales entre los jóvenes mediante un plan "coordinado y transversal"; una situación con la que ha coincidido el Gobierno autonómico, con "un diagnóstico terriblemente común".

En una interpelación al Ejecutivo gallego, la portavoz de Política Social del PSdeG, Marina Ortega, ha pedido a la Xunta "invertir en serio en salud mental y blindar a los menores" ante los riesgos de las nuevas tecnologías. "No puede ser que la autoestima de nuestros niños se mida hoy en número de likes y de seguidores", ha lamentado.

Además de incrementar los recursos de prevención, Ortega ha hecho hincapié en la importancia de "un plan preventivo, potente, transversal y dotado de recursos" en el que "se coordinen medidas entre todas las Consellerías y la sanidad pública, y que incluya el ámbito de la salud mental y la política social".

"Estamos ante un tema sensible, que quizás no sea recurrente en este foro, pero que es urgente introducir en la agenda política y en el propio debate parlamentario para enriquecer propuestas y soluciones", ha señalado, tras lo que ha incidido en que los propios adultos "somos conscientes del poder que tiene el impacto tecnológico", sobre todo para una generación "de nativos en redes que aún está en proceso de formación".

"UN PROBLEMA SOCIAL"
Al papel de los adultos se ha referido el conselleiro de Cultura, Educación e Universidade, Román Rodríguez, que ha contestado a la interpelación por parte de la Xunta. El representante autonómico ha asegurado "compartir un diagnóstico terriblemente común", pero ha matizado que "no es un problema exclusivo de las Administraciones, es un problema social".

Para conseguir ese enfoque transversal, ha apuntado, "es necesario involucrar a toda la sociedad: a las industrias tecnológicas, a las familias, a los profesores, a los jóvenes, etc". "Todo lo que hagan las Administraciones, no valdrá de nada si no hay implicación constante y consciente de las familias", ha insistido Rodríguez.

Ambos grupos han coincidido en señalar que "cada día existen más noticias que alertan de que algo no va bien" y de que algunos de los problemas detectados "se han agudizado con la pandemia".

Ortega ha citado varios estudios con "preocupantes cifras" de sexting y grooming, así como el riesgo de adicción de los juegos en la red o el mal uso de las redes sociales. Ha indicado además que dos de cada 10 adolescentes podría ser víctima de ciberacoso y que uno de cada cuatro podría presentar ya un uso problemático de Internet.

"La evidencia nos advierte de que existe otra cara de la moneda, que son las consecuencias negativas del uso problemático de la tecnología: sedentarismo, adicción, cambios conductuales, impacto en el estado de ánimo y en las enfermedades mentales o el índice de ideas suicidas", ha reiterado.

"Es evidente que ningún padre quiere dañar a sus hijos, por lo que es fundamental que desde las administraciones se pongan en marcha mecanismos de información", ha solicitado, insistiendo en "apostar por la didáctica".

LA ALFABETIZACIÓN COMO ASPECTO CLAVE
En este punto también ha concordado el conselleiro de Educación, que ha defendido la "alfabetización" de todos los implicados y ha asegurado que, desde la Xunta, "hay formación, preocupación y acción".

Así, ha enumerado algunos de los programas y acciones en marcha a este respecto, tanto por parte de la Xunta propiamente como en colaboración con la Delegación del Gobierno, "con charlas sobre nuevas tecnologías y ciberacoso", entre otras.

Entre las más importantes, ha subrayado la 'Estratexia galega de convivencia escolar', respecto de la que ya trabajan --ha avanzado-- en una nueva versión que contará con una línea específica orientada a la lucha contra el acoso escolar; el 'Protocolo de prevención, detección e tratatamento do acoso e ciberacoso escolar' --en cuya revisión y actualización también trabajan--; o el 'Plan de Benestar Emocional', "pionero", para reducir el impacto de la pandemia en los centros educativos.

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