No usar lentillas bajo el agua y sí utilizar gafas especiales para el buceo son algunas de las indicaciones que nos recuerdan desde Quirónsalud para este verano. 

 

De esta forma, podemos evitar problemas con la irritación de nuestros ojos, traumatismos o conjuntivitis. 

 

Proteger la vista con gafas de buceo | Foto: EP

Ante la alta exposición al sol a la que nos sometemos en verano, la compañía sanitaria recuerda que nuestros ojos tienen que estar protegidos tanto fuera como dentro del agua.

 

Desde Quirónsalud reiteran que el sol no es el único elemento que puede dañar nuestros ojos en veral. “El agua es el elemento de mayor riesgo, ya que es cuando realizamos diversas actividades sumergidos bajo el agua como la natación, el submarinismo, surf, etc. Mantener los ojos en contacto con el agua del mar y de las piscinas es una de las causas principales de las patologías oculares en verano”, señalan, apelando a las recomendaciones de la especialista Mercè Guarro, responsable del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitari Sagrat Cor.

 

PROBLEMAS

“Cuando vamos a la playa o la piscina solemos hacer uso de cremas para la piel, sombreros, gorras y gafas de sol para protegernos de la exposición solar. ¿Por qué protegemos los ojos fuera del agua, y no dentro?”, cuestionan. En esta línea, desde Quirónsalud enumeran los riesgos que entraña abrir los ojos en el agua: 

 

  • Irritación en los ojos: el cloro y otros productos químicos que contiene el agua de la piscina pueden afectar directamente a la película lagrimal que protege e hidrata el ojo, debilitándola y causando irritación, lagrimeo y sensación de cuerpo extraño, que se conoce como "ojo rojo".
  • Conjuntivitis infecciosa: En el agua conviven distintos gérmenes y bacterias que pueden ser causa de infección ocular, bacteriana o vírica.
  • Queratitis: se trata de una inflamación de la cornea causada por algunas bacterias como la Pseudomona o la Acanthamoeba, presentes en el agua del mar.
  • Visión borrosa: en ocasiones un contacto muy regular con el agua de la piscina puede derivar en problemas crónicos como la visión borrosa.
  • Picaduras: de medusa u otras especies marinas que habitan en el mar pueden dañar la córnea o la conjuntiva provocando una quemadura.
  • Traumatismos: existe un mayor riesgo de sufrirlos si se practica algún deporte acuático o por el contacto físico.
  • Hiposfagma: con la práctica del submarinismo se puede producir un derrame ocular causado por los cambios de presión. Las consecuencias suelen ser leves.

 

SOLUCIONES

De igual manera, ante los riesgos, la doctora incide en la importancia de “los cuidados” y de “una buena higiene”. Así, las recomendaciones y precauciones para proteger nuestros ojos al meternos en el agua son las siguientes:

 

  • Evitar abrir los ojos bajo el agua en la media de lo posible, tanto en el mar como en la piscina.
  • Hacer uso de gafas de buceo homologadas y que reúnan las siguientes condiciones: que se adapten al contorno del ojo evitando la entrada de agua, que tengan filtros de protección ultravioleta (UV), sistema antifogpara evitar el vaho, sello CE y referencia ISO.
  • No utilizar lentes de contacto bajo el agua ya que aumenta notablemente el riesgo de infección.
  • Ducharse antes de meterse en el agua del mar o la piscina para eliminar posibles restos de protectores solares y otros productos que puedan causar reacción con el cloro.
  • Ducharse después de bañarse en el mar o la piscina para eliminar los restos de cloro y sal. No secar los ojos friccionando excesivamente.
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