Los malos resultados del técnico, sumado a naufragio de la temporada pasada, pueden ser los motivos que terminen con su etapa en Riazor. 

 

El Consejo del Deportivo de La Coruña debatirá mañana la destitución del entrenador, tal y como reclama un sector de la hinchada. 

 

Foto: RC Deportivo

 

El Deportivo de La Coruña no puede permitirse otro año más en la tercera categoría del fútbol nacional. Simple y llanamente. Su historia, pero sobre todo su deuda millonario lo obligan a recuperar una categoría más y regresar al fútbol profesional esta misma temporada. De no ser así, la viabilidad del Dépor -en manos hoy de una entidad bancaria, Abanca-, quedaría muy en entredicho, y sus responsables podrían tomar decisiones drásticas. Para no llegar a ese extremo, el Consejo se reunirá este marte con un único asunto a tratar: el cese de Borja Jiménez.

 

La etapa del técnico de Ávila parece haber llegado a su fin. Una crisis de resultados y la falta de sintonía con la afición son los principales motivos de la cúpula deportivista para dar por finalizada su relación con el adiestrador, sobre el que pesa también el fracaso del año pasada, cuando cayeron en playoff, con todo a favor, a manos del Albacete de Rubén de la Barrera, exentrenador blanquiazul.

 

“En principio tiene que sentirse respaldado”, decía Antonio Couceiro, presidente del Deportivo, la semana pasada al referirse a Jiménez. Pues, "en principio" el entrenador tiene motivos más que de sobra para estar preocupado. Es ya el tercer curso seguido del Dépor en la extinta Segunda B, ahora Primera RFEF

 

El último duelo de los herculinos, ante el Rayo Majadahonda, dejó otro resultado amargo con el 0-0 final, pero especialmente descorazonador al ver sobre el verde un equipo apático, falto de chispa y que solo reaccionó a palos en la segunda parte. La brecha entre el Dépor y los equipos de la cabeza es cada vez mayor y parece que solo un cambio de timón, con 12 puntos de 21 posibles, puede salvar la situación actual. 

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