Los gestores del Asilo de O Carballiño (Ourense) han reivindicado que la justicia reafirmó la "negligencia" de la trabajadora despedida, por lo que han informado de que sus abogados están analizando la sentencia publicada el pasado jueves por el Juzgado de lo Social de Ourense en la que se declaró improcedente el despido de la empleada.
Todo ello después de que la CIG hiciese público dicho documento, en el que se declaraba improcedente el despido de la trabajadora, afiliada a la central sindical, por lo que la organización exigía al Patronato de la Fundación Hermanos Prieto, presidido por el obispo de Ourense, que readmitiese a la afectada.
En un comunicado, la dirección del Asilo ha subrayado que su principal objetivo es mantener la integridad y el bienestar de los residentes que conviven en el centro, por lo que se vio obligada al despido de dos trabajadoras después de que ambas propiciasen "un trato inadecuado a un residente".
"Tal y como quedó probado en sede judicial el día 6 de octubre de 2022 y según recoge la sentencia del Juzgado de lo Social número 3 de Ourense: 'En el presente es cierto que los hechos tienen una gravedad importante, teniendo en cuenta el tipo de residente, y se aprecia negligencia y desatención de la trabajadora", recogen los gestores de la residencia de la tercera edad.
Además, defienden que la medida "en ningún caso" ha sido una represalia ante cualquier reclamación de las trabajadoras. "En ningún momento se ha acreditado una conducta de represalia o vulneración de derechos", reza la sentencia.
Por todo ello, la dirección ha subrayado que está estudiando la resolución judicial y ha pedido que cesen las acusaciones a la institución, "cuya máxima preocupación ha sido, es y será siempre el cuidado excelente de los mayores".
READMISIÓN
Todo ello después de que el pasado viernes la CIG solicitase la readmisión de una de las trabajadoras despedida. Según indicó la organización sindical, la sentencia llegó en el marco de la conflictividad laboral que vive el centro como consecuencia "del acoso laboral y la represión sindical que la nueva gerencia ejerce sobre las empleadas más antiguas", buscando "convertir en negocio el asilo".
La central sindical presentó a lo largo de los meses distintas denuncias para que se respeten las condiciones de trabajo del cuadro de personal y que se cumpla la normativa en materia de atención a las personas mayores. En este contexto, cuando las trabajadoras comenzaron a sindicarse, empezaron los despidos, denunció la CIG.
"Durante los últimos meses hemos mantenido un pulso con la dirección del Asilo de O Carballiño por el acoso y el derribo sistemático que esta dirección mantiene con el personal que está afiliado a nuestros sindicato", explicó Anxo Pérez Carballo, secretario comarcal de CIG-Ourense.
Carballo sostiene que el "acoso" se tradujo en dos cartas de despido a dos trabajadoras distintas. Aunque el sindicato intentó mediar e interceder para "rebajar el tono", e incluso mantuvieron movilizaciones delante del Ayuntamiento de O Carballiño, el obispado de Ourense y la Catedral de la ciudad, "no hubo solución posible porque la empresa se negó en rotundo a levantar el pie del acelerador y llegamos a juicio".