Si bien hay medicamentos en el mercado que pueden ayudar a adelgazar a pacientes diabéticos y con obesidad, solo pueden usarse bajo prescripción y supervisión médica.

 

Al tiempo, desde Quirónsalud recuerdan que su uso debe ir acompañado siempre de un cambio de hábitos para no sufrir un "efecto boomerang". 

 

Foto: EP

 

Existen fármacos que funcionan como inhibidores del receptor GLP-1 y se emplean para el control de pacientes diabéticos con obesidad. Llevan años de investigación y son muy útiles para aquellas personas que padecen esta enfermedad. Sin embargo, también han demostrado que pueden ayudar a bajar de peso. Estas medicinas cuentan con cualidades "adelgazantes" probadas. Pese a todo, no podemos obviar el hecho, como recuerdan desde Quirónsalud, de que la mejor manera para perder peso es seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio. 

 

Lo que hacen estas medicinas es "reducir el apetito" produciendo "una saciedad precoz". Solo podrá exprimirse el potencial de estos medicamentos si los acompañamos de un cambio en el estilo de vida. De no ser así, los expertos señalan que al finalizar el uso de estos fármacos nos enfrentaremos a un "efecto boomerang" que lo que hará es que recuperemos el peso muy rapidamente

 

"Esta familia de fármacos imitan la acción de una hormona llamada péptido similar al glucagón tipo 1 (aGLP1), son derivados de una hormona gastrointestinal que se produce cuando llegan restos de comida parcialmente digeridos al intestino. Aumenta la producción endógena de insulina, reduce el nivel de glucagón, retrasan el vaciamiento gástrico y a nivel del sistema nervioso central producen sensación de saciedad", explica el doctor Estéban Jódar, especialista de Quirónsalud. 

 

Existen dos tratamientos, el de la liraglutida y el de la semglutida, que han dado resultados en personas diabéticas y con obesidad, pero su uso debe ser siempre bajo prescripción y "supervisados por endocrinólogos que conozcan cómo es el funcionamiento de estos fármacos".

 

"No está indicados para cualquier bajada de peso, sino para personas con un índice de masa corporal (IMC) por encima de 30 o para las que tienen un IMC por encima de 27 con comorbilidades como presión arterial alta o hipercolesterolemias, apnea del sueño u otros", advierte Jódar.


 

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