Los bebés, los ancianos, los animales silvestres, personas con autismo o hiperacusia...son muchos los colectivos que sufren los agresivos festejos de Año Nuevo.

 

Desde la Fundación Franz Weber reclaman que las administraciones públicas opten por otras alternativas que no impliquen recurrir al uso de material pirotécnico. 

 

Foto: EP

 

Es habitual que en fechas señaladas como el 31 de diciembre algunas personas celebren la entrada en el año nuevo prendiendo fuegos artificiales o petardos. El espectáculo de luz y sonido puede resultar muy vistoso, pero muy perjudicial para las personas mayores, bebés, mascotas, animales silvestres y “colectivos vulnerables”, como pueden personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), hiperacusia o con “diversidad funcional”, que sufren ante el estruendo que provoca la pirotecnia.

 

EPILEPSIA, SHOCKS, ATAQUES DE ANSIEDAD...

Estas situaciones de estrés las recuerdan desde la Fundación Franz Weber con vistas a las celebraciones de final de año. Por esto, reclaman “no emplear productos pirotécnicos como forma de festejar”. “Estos riesgos no solo provienen por el ruido producido por las detonaciones, ya que la exposición a los humos metalíferos es potencialmente negativa para pacientes de EPOC y demás dolencias respiratorias, como podría ser el asma”, recalcan.

 

Las personas mayores y los bebés también sufren esta clase de celebraciones con pirotécnica. “Los fuegos artificiales superan los 110 decibelios”, aseveran desde la plataforma, con una consecuencia “enorme” sobre los animales domésitcos y silvestres. 

 

“Los animales llegan a sentir shocks, ataques de ansiedad y de epilepsia, y hasta fallos cardíacos que derivan en muertes. Por ello, siempre es recomendable alejarlos del impacto sonoro en espacios de las viviendas alejados de las detonaciones, bajando persianas y colocando elementos habituales de juego y alimento”, recomiendan. No obstante, los animales salvajes no pueden “escapar” del ruido, con la consecuente muerte de aves. 

 

ALTERNATIVAS

Al tiempo, desde la fundación recuerdan que cada vez son más las administraciones públicas que optan por otro tipo de celebraciones menos agresivas. “Los espectáculos nocturnos de drones, el uso de fuegos artificiales de bajo impacto sonoro son algunos ejemplos de producciones a cargo de administraciones públicas, que en los ámbitos familiares pueden centrarse en adornos o elementos fluorescentes, serpentinas o el uso de luces led de colores”, invitan. 


 

POWERED BY BIGPRESS