El Panda es el preferido por la dirección técnica del Atlético de Madrid para reforzar el ataque de los rojiblancos, sumidos esta temporada en una crisis de juego y resultados.

 

No obstante, el futbolista gallego no parece por la labor de abandonar el Real Betis, donde es feliz, un ídolo para la afición y con el que ha conseguido llegar a la Selección y ganar su primer título como profesional.

 

Foto: EP

 

Se viene un enero complicado en las oficinas del Atlético de Madrid. El cuadro colchonero está cuajando una temporada decepcionante, tal vez la peor desde que el Cholo Simeone se hiciese con las riendas del banquillo rojiblanco. Eliminados de Europa, con poca o ninguna opción de pelear por la Liga, más cerca de clasificar para la Europa League que para la Champions... El Atleti necesita un golpe de efecto para afrontar esta segunda vuelta y para ello necesita refuerzos de garantías que sumen un plus de competitividad a una plantilla que ya ha perdido un importante efectivo como Cunha y que podría perder a su estrella, João Félix. Por eso, el técnico argentino ha puesto un nombre encima de la mesa: Borja Iglesias.

 

El interés del Atleti por el compostelano no es nuevo. El sanitagués lleva años en el radar de los madrileños, desde que explotó en el Espanyol y su posterior salto al Real Betis, donde ha logrado hitos como clasificarse para Europa en dos ocasiones o la conquista de la Copa del Rey del pasado curso. En la presenta campaña suma ocho dianas en Liga en apenas trece encuentros, a solo tres de su mejor registro desde que aterrizó en el Villamarín y peleando codo con codo con Lewandowski para ser el máximo artillero del campeonato.

 

Con estos números, y después de debutar con la Selección Española, el caché del santiagués se ha disparado y el interés de muchos grandes se ha hecho notar. Sin embargo, el ariete tiene la mente centrada y dispuesta en ayudar a su Betis, del que no contempla una salida. 

 

Algunas informaciones ya hablan de una oferta que oscila entre los 30 y los 35 millones de euros, mientras que en Sevilla exigen, como mínimo, 40 millones para sentarse a negociar. Su venta no parece prioritaria ni mucho menos deseada en el beticismo, mientras el Panda sigue dando muestras de cariño a los suyos y demostrando que abandonar el club verdiblanco no pasa por su cabeza en estos momentos.

 

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