Han pasado ya diez días desde que Óscar García Lema abandonó su domicilio, dejando en la vivienda su teléfono, sus gafas, la caretera... No hay pistas sobre la desaparición en Cacheiras de este hombre, que nunca llegó a su cita en Santiago de Compostela, donde era muy conocido y querido.
Las calles al rededor del Instituto Europeo Campus Stellae, donde trabajaba, siguen empapeladas con su cara desde que desapareciese el jueves 29 de marzo. Pese a las muchas batidas realizadas hasta la fecha, los avisos lanzados en redes sociales y el dispositivo desplegado, no hay pistas ayuden a los investigadores a localizarlo.
Con todo, desde la familia no pierden la esperanza y, si bien se apuntó a un posible secuestro como motivo de su ausencia, las autoridades no han encontrado indicios que sostengan esa posibilidad en este momento. La familia reitera que sigan los rastreos por Teo, especialmente en el entorno de Cacheiras, por pistas o caminos poco frecuentados, para localizar a un hombre de 1,82 metros de altura, 85 kilos de peso, de complexión atlética y que en el momento de su desaparición vestía ropa oscura.