Cáritas Diocesana de Ourense ha aprovechado la víspera de la festividad de Corpus Christi para presentar la Memoria de Actividades del 2022, un balance de programas ofrecidos y personas atendidas con el que advierten de que la "situación se cronifica".

A diferencia de otros años, la entidad no ha dado datos de nacionalizaciones de las personas que han acudido a su sede en la capital o a sus centros parroquiales a lo largo del 2022, pero han sido tajantes, en palabras de la directora de la entidad, María Tabarés: "Este año debería haber sido una tremenda alegría por el fin de la pandemia, pero la guerra de Ucrania y la inflación hizo que nos llegaran más personas que necesitaban cubrir las necesidades básicas".

Así ha descrito que la subida de los precios de la vivienda, junto con la inflación, así como la problemática de los empleos en precario han obligado a 8.273 personas a acudir a la sede de Cáritas o a sus centros parroquiales, en concreto 3.183 fueron atendidas en la capital mientras que 5.090 entre los 28 centros parroquiales de la diócesis.

En cifras esgrimen que han sido 44.935 las atenciones realizadas a través de los distintos programas de ayuda y además han destacado las 3.441 personas que han recibido ayuda económica para cubrir gastos básicos como luz, vivienda o agua.

Tabarés ha hecho hincapié en que ya avisaban antes de la pandemia, pero se ratifican, "el empleo ya no es un mecanismo suficiente" porque "en muchas ocasiones" la precariedad del empleo "no logra la calidad de vida". En concreto se ha referido al precio de los alquileres resaltando que lo más económico ronda los 500 euros y apostillando que, en muchos casos la prestación social que reciben ni siquiera cubre eso, pero tampoco el empleo, por lo que ha atendido a 456 personas que trabajaban en el momento de pedir ayuda.

En estos términos ha resaltado el papel fundamental de la red de pisos de acogida, así como las viviendas de alquiler, aunque ha explicado que este año se ha visto incrementada la demanda y que, según otros años dejaban algún piso vacío para atender casos de emergencia, este pasado 2022 "estuvimos rezando para que no hubiese ninguno porque estábamos desbordados, no tendríamos donde meter a la gente".

En el apartado de empleo 1.070 personas han sido acompañadas en la búsqueda de trabajo y 118 han encontrado empleo.

También han puesto el foco en el proyecto Alumar, un programa que ayuda a mujeres que pueden estar siendo víctimas de exclusión social o trata de blancas y con el que atendieron a 495. En este ámbito también ofrecen un recurso residencial, un espacio que, han resaltado, es de los pocos de España en los que además pueden estar con sus hijos.

La entidad también ha destacado la atención a la población reclusa con 119 personas atendidas, así como el servicio de ropero que ha dado servicio a 1.887 personas, sin dejar de resaltar el papel del comedor social, del que esgrimen que el objetivo no es solo cubrir el derecho a la alimentación y a las necesidades básicas mediante duchas y lavado de ropa, si no ser un proceso de "intervención".

RETOS PARA ESTE AÑO
Por ello, han adelantado que para este año "el reto" es completar la atención educativa con la psicológica, con recuperación plena de la actividad sin el sistema de turnos que hubo durante la pandemia.

Entre las propuestas está la creación de espacios educativos y de convivencia, así como la realización de actividades para los participantes y retomar el servicio de peluquería por la importancia de "mejorar la autoestima".

"Los problemas de salud son un leitmotiv en todos los programas que atendemos", ha expuesto la directora de la entidad, que ha lamentado que "la situación se cronifica" y muestra de ello son los números de la entidad. El total de ingresos de Cáritas fue de 2.549.179, 93 euros, de los que se gastaron 2.476.585, 22 euros; la mayor parte en atención social especializada con 972.843, 57 euros de gasto y en la acogida y cobertura de necesidades básicas con 687.058,69 euros.

"Cáritas no solo trabaja para paliar necesidades, sino en promocionar personas. Que todas tengan la misma dignidad y sus derechos básicos cubiertos", ha concluido el delegado episcopal de la entidad Diocesana, Ángel Feijóo Mirón, subrayando la importancia de que "todos colaboremos y participemos para que nadie quede excluido socialmente".

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