La política y los políticos no dejan de ser un reflejo de la sociedad sobretodo cuando ésta es parasitaria del politico de turno y unos y otros se necesitan, unos para mantener el cargo público y otros el puesto de trabajo 
 
Jácome recibiendo a las Hermanistas de los Hermanos Desamparados
Desde el inicio de la democracia la provincia de Ourense con sus caciques al frente fue hasta hoy el rompedero de cabeza del Partido Popular y también una parte importante fomentado por este partido ya que para muchos caciques y su red clientelar el Partido Popular era sinónimo de ascenso social con todo lo que ello supone sobretodo en los núcleos de población pequeños en donde se necesitaba un puesto de trabajo fijo y un reconocimiento social a base del enchufismo, habiendo algún dato en donde se contabilizó hasta 300 puestos nombrados a dedo en la Diputación de Ourense. 
 
Por lo tanto aunque no guste habrá que hacer una autocrítica y llegar a la conclusión que la política y los políticos no dejan de ser un reflejo de la sociedad sobretodo cuando ésta es parasitaria del politico de turno y unos y otros se necesitan, unos para mantener el cargo público y otros el puesto de trabajo y que da a entender que los 92 ayuntamientos que componen la provincia de Ourense estarían en tela de juicio con el fin de mantener el virreinato del baltarismo. 
 
Si tiramos de hemeroteca en Ourense desde el inicio de la democracia se forjaron formaciones como Centristas de Galicia de Victorino Nuñez y que fue el germen de Coalición Galega de Eulogio Gómez Franqueira, todos ellos por cierto fueron un verdadero quebradero de cabeza para el PPdeG pero que a la vez se necesitaban y retroalimentaban con el único fin de mantener al cacique de turno en Ourense y de ésta forma que los conservadores retuvieran la Xunta de Galicia cómo en su día ocurrió también con Cacharro Pardo entre otros en la Diputación de Lugo
 
 El caso de Jacome no deja de ser el último capítulo de un culebrón a la gallega y siendo más de lo mismo, donde se priorizan los favores y el clientelismo en una provincia en donde el cuadro de actores no dejan de ser los propios ourensanos y la utilización que los caciques de turno de su provincia hacen de ellos o no. 
 
El alcalde de Ourense en funciones, Gonzalo Pérez Jácome, durante un pleno.
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