No importa lo bueno que seas o lo fabuloso que resulte tu producto si no está al alcance de un click. Por suerte, hay muchos métodos para poder llegar a los potenciales clientes, algunos tan sencillos como una newsletter bien enfocada. 
 

Algunas newsletter resultan todavía hoy de lo más útil para los usuarios y, por tanto, para nuestra empresa. Se tratan de boletines que llegan a nuestro mail cada cierto tiempo y que el destinatario tiene interés en recibirla, por lo que existe una relación previa. Lo que importa ahora es fidelizar a ese cliente y descubrirle qué más podemos ofrecerle. 

 

¿CÓMO HACEMOS NUESTRA NEWSLETTER?

No debemos nunca avasallarlo ni atosigarlo con nuestro contenido, por lo que no puede ser algo que enviemos de forma regular. Una vez a la semana o al mes, incorporando aquellas novedades que sean dignas de remarcar es suficiente para generar interés, a no ser que nuestra actividad sea frenética y precise de una constante actualización, por lo que en ese caso sería hasta interesante hacer un envío diario. 

 

La actualidad y mejora de nuestros productos o servicios, nuestras últimas incorporaciones, promociones por tiempo limitado, consejos o recomendaciones…son muchos los temas que podemos tratar, sin caer en el “acoso” ni la ansiedad por vender, sino que debe estar bien pensada para que resulte lo suficientemente atractiva como para que el destinatario quiera seguir leyendola y recibiendola con asiduidad. 

 

¿Qué podemos conseguir con este proceso? Primero que nuestra firma vaya de boca en boca y de bandeja de mail en bandeja de mail, sin importar lo grande que sea. Además, no es preciso realizar un gran desembolso ni contar con un equipo de expertos, sino que puede hacerse de forma económica y sencilla. Al tiempo, puede ayudarnos a influir de forma directa sobre el potencial consumidor y que nos tengan en consideración dentro de nuestro sector. 

 

A renglón seguido, hay que considerar el impacto directo que tiene en la red, ya que aumenta el tráfico de cibernautas y facilita un canal con el que comunicarse en ambas direcciones. Por todo esto, también hay que tener muy claro cómo vamos a estructurar nuestra newsletter, por lo que la mejor forma es aplicar el mismo método que utilizamos en nuestros correos: utilizando el ‘Método Iñigo Montoya’.

 

El popular personaje de ‘La princesa prometida’ nos enseñó con su “"Hola, me llamo Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir” el orden correcto en una presentación: saludo de primero, presentación del remitente, declaración del caso y la solicitud o propuesta que acercamos. Con una newsletter tenemos que ser igual de precisos porque el objetivo es siempre atraer y no espantar a la clientela. 

 

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