El mosquito tigre (Aedes albopictus) representa un significativo riesgo para la salud pública debido a su capacidad de transmitir enfermedades graves a los seres humanos. Originario del sudeste asiático, este mosquito ha expandido su distribución a nivel global debido al comercio internacional de bienes y el transporte de mercancías, estableciéndose en numerosas regiones subtropicales y templadas. Su capacidad de transmitir enfermedades como el virus del dengue, chikungunya y Zika, lo convierte en un vector peligroso para la propagación de brotes epidémicos.
En primer lugar, el mosquito tigre se reproduce en pequeños depósitos de agua estancada, como floreros, neumáticos viejos y recipientes abandonados, que se encuentran en entornos urbanos y suburbanos. Su adaptabilidad a diversos hábitats y su preferencia por picar durante el día aumentan las oportunidades de contacto con las personas, lo que puede resultar en una rápida propagación de enfermedades. Además, su capacidad para transmitir múltiples virus en una sola picadura lo convierte en un vector de amenaza múltiple, exacerbando el riesgo para la salud pública.
En segundo lugar, la falta de inmunidad previa en poblaciones fuera de sus regiones de origen, junto con la transmisión activa de virus, puede conducir a la aparición de brotes inesperados y la diseminación de enfermedades en áreas previamente no afectadas. La limitación de opciones de tratamiento específico para estas enfermedades y la ausencia de vacunas disponibles en algunos casos, agravan la amenaza que representa el mosquito tigre para la salud pública.
La Dirección Xeral de Saúde Pública (Sergas) ha advertido este miércoles sobre la aparición en Moaña (Pontevedra) de ejemplares del mosquito 'aedes albopictus', conocido como 'mosquito tigre', y es la primera vez que se detecta en la Comunidad Autónoma de Galicia.
Este mosquito es un potencial transmisor de enfermedades como los virus del dengue, chikungunya o Zika, y en consecuencia, el protocolo previsto en el Plan Nacional conlleva tomar medidas para prevenir el riesgo, aunque aún no se ha podido confirmar la presencia de ninguno de estos patógenos en los ejemplares localizados en Moaña.
Aunque, de momento, la presencia de este insecto en otras comunidades autónomas no registraron la circulación de estos virus, se han activado los protocolos de prevención correspondientes.
Si bien solo se han detectado casos aislados de dengue en 2018 y 2019, la Xunta creó una red gallega de vigilancia de vectores que pudo identificar durante el año pasado más de 6.000 ejemplares de mosquitos con potencial de transmisión de enfermedades.
Es por eso que pudieron localizar, gracias a la colaboración de un vecino, la presencia de ejemplares que certificaron que pertenecían a esta especie.
COORDINACIÓN
En este contexto, el Sergas cuenta con con un comité de coordinación de carácter técnico para el que ya se han solicitado representantes de los departamentos autonómicos de Medio Ambiente, Medio Rural, Interior, el Área Sanitaria de Vigo y el propio Ayuntamiento de Moaña.
Este comité, coordinado por la Subdirección Xeral de Información sobre Saúde e Epidemioloxía de la Dirección Xeral de Saúde Pública, se reunirá en los próximos días para planificar acciones de refuerzo de la vigilancia de este mosquito con el objetivo de controlar su dispersión.
Además, se hará el refuerzo de la vigilancia epidemiológica ante posibles casos de picaduras y la difusión de consejos para la población a la hora de evitar la proliferación de mosquitos y su picadura.
INFORMACIÓN SOBRE EL CASO
Ante estas detecciones de poblaciones del denominado 'mosquito tigre', la Xunta "recomienda a la población de la zona afectada el mantenimiento de buena higiene personal y el uso de repelentes eficaces para minimizar el riesgo de picaduras. Las picaduras son muy molestas y pueden producir reacciones alérgicas de cierta gravedad".
En la misma línea, advierte que el 'mosquito tigre' cría en pequeños recipientes que acumulan agua estancada durante más de una semana, por lo que se recomienda revisar cada cuatro o cinco días lugares como bebederos de mascotas, macetas o platos situados bajo las macetas para evitar que se creen hábitats propicios para la instalación del mosquito.