Decenas de miles de personas han desbordado una vez más las calles de Vigo, reclamando el "rescate" de la concesión del Hospital Álvaro Cunqueiro y el fin del "desmantelamiento" del hospital Meixoeiro.  Esta vez manifestantes y fuerzas de seguridad no se pusieron de acuerdo sobre el número de asistentes: la Policía Local no dio cifras, los organizadores hablaron de 100.000 asistentes y la Policía Nacional redujo esa cifra hasta los 15.000. En todo caso, la cifra real estará entre esas dos cifras, aunque es innegable es que cuando cuando la cabeza de la compacta manifestación llegó a Urzáiz aún había gente en plaza de España. 


Precisamente de esta céntrica plaza salió la marchaen torno a las ocho de la tarde de la plaza de España, serpenteando por las principales arterias de la ciudad olívica entre gritos como "Goberne quen goberne, a sanidade non se vende" o "Vigo é a tumba do PP"


Tras recorrer a paso lento el centro de la ciudad, ha finalizado en la Puerta del Sol, donde se ha leído un manifiesto y el presidente de la Junta de personal del Chuvi, Ángel Cameselle, ha dado "más de 100.000 gracias a los asistentes", alegrándose que "ni la propaganda ni las mentiras lograran desmobilizar a la sociedad viguesa".


En el recuerdo de todos estaba una manifestación más numerosa, la que congregó a unas 200.000 personas hace ocho meses, el tres de septiembre. Ni los propios organizadores contaban con repetir esta histórica marcha, considerando que se produjo en un momento muy concreto en el que la ciudadanía "comenzaba a sufrir las consecuencias de la privatización". 


Pero aún así se declaran satisfechos. Ángel Cameselle avisó al comenzar la marcha de que esta es tan sólo  "una manifestación más" de las que seguirán convocando hasta que consigan "revertir la situación" en el Hospital Álvaro Cunqueiro y en la sanidad del área de Vigo en general. Desde la plataforma SOS Sanidade Pública, también convocantes de la manifestación, Manuel González Moreira ha insistido en que "es posible recuperar" la sanidad para la ciudadanía: "si hay una decisión política, es posible". 


APOYOS POLÍTICOS


Entre los participantes en la multitudinaria marcha estaba el alcalde de Vigo, Abel Caballero, y otros regidores de la comarca como la de Moaña y el de Cangas; el líder de Anova, Xosé Manuel Beiras, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, diputados de toda la oposición parlamentaria y la número tres de Podemos, Carolina Bescansa.


El alcalde de Vigo ha sido uno de los más claros en su apoyo a la marcha. Caballero ha asegurado que la manifestación mostraba "la lucha de la ciudad de Vigo rebelándose en contra de la mercantilización de la sanidad", de un "hospital privado hecho  por Feijóo más por hacer negocio que por atender a la gente". Afirma que la sanidad en Vigo "cuesta carísima", aunque sólo sea porque "aparcar en el parking privado es una fortuna" y avisa de que "volveremos a estar todas las veces que sea preciso" en la calle. 


La portavoz nacional del bloque, Ana Pontón, aseguró que Feijóo "se equivocó y cometió un grave agravio a los ciudadanos apostando por la privatización", considerando el "rescate" del Cunqueiro como una prioridad para el BNG. 


La número tres de Podemos, Carolina Bescansa, ha aprovechado para criticar el "profundo deterioro" de la sanidad en Galicia por las privatizaciones y por "una concepción de lo público que no tiene que ver con los intereses de la mayoría", sino con el interés "de 'holding' y empresas".


Por su parte, el líder de Anova, Xosé Manuel Beiras, ha proclamado que toda la ciudadanía quiere "revertir el modelo sanitario del PP" y ha llamado a "pelear en el Parlamento y en la calle" por el derecho constitucional a una sanidad pública, universal y gratuita.


DIMISIÓN DEL GERENTE


Durante el manifiesto leído al final de la marcha, los profesionales han mantenido que "los recortes en el proyecto inicial del nuevo hospital de Vigo" fueron la causa que "acentuó el déficit sanitario" de los últimos años, unos recortes de los que han responsabilizado al gerente de la Estructura Organizativa de Xestión Integrada (EOXI) de Vigo, Félix Rubial, para el que han vuelto a solicitar su cese o dimisión.


Denuncian que en Vigo se renunció a un complejo de referencia para el sur de Galicia, optando por la reducción de camas, la merma de las dimensiones del edificio, la dispersión de los servicios asistenciales y la creación de "barreras para los colectivos más alejados, con diversidad funcional y menor poder económico".

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