La única superviviente en el siniestro afirma en su declaración ante el juez que, a su parecer, el conductor del autobús que se precipitó al Lérez "sí" guardó las precauciones durante la conducción.

 

El siniestro, según manifiesta la defensa, se produjo por las condiciones meteorológicas adversas en la vía, y no por una velocidad excensiva del chófer. 

 

Foto: EP

 

La única pasajera superviviente del accidente de autobús ocurrido en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra) la pasada Nochebuena, ha declarado este jueves ante el juez de instrucción que, a su juicio, el conductor "sí" guardó todas las precauciones en la conducción por la N-541.

"No, en ningún momento", ha afirmado la mujer, al preguntarle los medios de comunicación a la salida del juzgado sobre si aquella noche del 24 de diciembre sintió que el chófer conducía a más velocidad de la que debía antes de que el vehículo se precipitase por el viaducto de Pedre hacia el río Lérez, un siniestro que le costó la vida a siete personas.

Y es que, según el informe de la Guardia Civil, el autobús iba a más de 80 kilómetros por hora, que sería el límite máximo del tramo. Sin embargo, la defensa del conductor lo desmiente y atribuye lo ocurrido a la meteorología adversa y al estado del bus.

La única superviviente ha declarado en el Juzgado de Instrucción número 1 de Pontevedra que no sintió ese exceso de velocidad y ha confirmado que, ante el juez, solo tuvo "palabras buenas" para el chófer, porque la "ayudó" tras la caída al Lérez.
 

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