Fragata Victoria en una imagen de la Armada Espñola

¿Habrá algún barco de la Armada con puerto base en Ferrol en la flota que defenderá el tráfico mercante en el Mar Rojo?  En principio, no, porque el buque seleccionado por España para participar en esta nueva alianza internacional es la fragata Victoria con puerto base en Rota.

 

El Ministerio de Defensa todavía no ha confirmado oficialmente que navío participará en la operación bautizada como Guardián de la Prosperidad.  Sin embargo, en foros navales se da por seguro que será la veterana fragata F-82 Victoria basada en el Mediterráneo y con mucha experiencia en este tipo de misiones.

 

La elección tiene sentido tabién su proximidad relativa al teatro de operaciones.  El envío de algún navío desde Ferrol añadiría un tiempo precioso a la singladura en un momento en el que se necesita cuanto antes barcos de guerra para proteger a los mercantes.

 

Los estados que aportarán barcos serán, además de EE.UU,  Reino Unido, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Seychelles, España y Bahrein según afirmó ayer por la noche el secretario de Defensa de los Estados Unidos de América Lloyd Austin. Es decir, básicamente, miembros de la OTAN procedentes de Europa Occidental con un par de adicciones secundarias de países del Índico lo que ayuda a mostrar una imagen más diversa. 
 

Europa es la gran perjudicada de los ataques, que suponen un gran encarecimiento de las importaciones asiáticas. No es de extrañar, por lo tanto, que la mayoría de los miembros de Guardian de la Prosperidad sean europeos.

 

El objetivo de la flota será repeler los ataques lanzados por los militares hutíes yemeníes contra barcos mercantes que navegan por el Mar Rojo. Algunos navíos se limitarán a acciones de recogida de inteligencia militar mientras otros efectuarán patrullas para intentar detener la oleadas de drones y misiles lanzados en las últimas semanas desde las costas de Yemen. 

 

Los atacantes incluso han abordado un mercante en helicóptero, barco que sigue secuestrado. Los yemeníes alegan que sus acciones continuarán mientras la comunidad internacional no garantice el suministro de comida y alimentos a la población civil en Gaza.
 

Uno de los objetivos fundacionales del movimiento hutí es la destrucción del Estado de Israel.  No es de extrañar por lo tanto que aprovechen su posición estratégica en las costas  frente a las que circula la mayoría de tráfico de mercancías entre Asia y Europa, en el estrecho Bab el-Mandeb,  para anotarse un tanto frente a la opinión pública musulmana. 
 

En respuesta a sus agresiones, todos los grandes nombres del transporte marítimo internacional han anunciado el cese de sus singladuras por el Mar Rojo. También la petrolera BP ha suspendido operaciones allí. 

 

Hay que tener en cuenta además que los que controlan gran parte del Yemen actualmente están en proceso de negociación con Arabia Saudí, su archienemigo.  La ofensiva marítima les permite tener una nueva baza en la mesa de diálogo.


Está por ver si la flota internacional logra detener estos ataques.  En todo caso es evidente que la respuesta occidental implica una escalada en el conflicto desatado al hilo de los ataques terroristas de Hamás contra Israel. Los hutíes cuentan con el apoyo de Irán, que así logran asestar un golpe al bando pro-israelita sin exponerse a represalias directas. De seguir escalando o prolongándose el conflicto es probable que finalmente alguno de los buques de la Armada con puerto base en Ferrol acabe siendo desplegado en la zona como ya sucedió en otras ocasiones. 


 

La Fragata Victoria deteniendo a unos sospechosos de piratería en una pasada acción en el Indico en una imagen de la Armada

 

Fragata Victoria: Un navío construído en Galicia en los 80 con muchísima experiencia internacional

 
Construida en Ferrol en los años 80, esta emblemática embarcación ha desempeñado un papel crucial en misiones internacionales y operaciones estratégicas.

 

La fragata clase Santa María, originaria de Ferrol (A Coruña), ha superado con éxito más de 30 años de servicio en la Armada, siendo sometida a continuas modernizaciones para adaptarse a las cambiantes necesidades del panorama estratégico actual. Inicialmente concebida para misiones antisubmarinas, ha evolucionado hasta convertirse en un pilar fundamental de la capacidad de protección de la Armada.

 

Con un desplazamiento de 3900 toneladas, una eslora de 138 metros y una velocidad máxima de 29 nudos, esta fragata destaca por su versatilidad. Equipada con dos turbinas de gas LM-2500 y capacidad para dos helicópteros simultáneamente, ha participado en una amplia variedad de misiones, desde operaciones de interdicción marítima hasta la protección del tráfico marítimo y la lucha contra la piratería.


Bajo la denominación MIO (Maritime Interdiction Operations), la fragaha demostrado su eficacia en el control del tráfico marítimo, imponiendo restricciones y colaborando en operaciones internacionales. Desde su participación en la Operación "Libertad Duradera" en aguas del Índico a partir de 2001, ha sido un componente valioso en la colaboración global contra el terrorismo.


Originalmente diseñada para la escolta oceánica, las fragatas clase Santa María han evolucionado para adaptarse a las cambiantes amenazas. Actualmente, su eficacia se ha demostrado en la protección de grupos de proyección y el resguardo del tráfico marítimo en puntos críticos como el Estrecho de Gibraltar y el Mar Rojo, contribuyendo significativamente a la seguridad de las rutas comerciales.

 

La fragata ha participado en operaciones internacionales, destacando su papel en la operación "Atalanta" de lucha contra la piratería en el océano Índico entre enero y abril de 2009, así como en la operación EUNAVORMED-SOPHIA en 2017, combatiendo el tráfico ilegal de personas en las costas de Libia y participando en numerosos rescates de migrantes. 

 

También participó en la lucha contra la piratería en el cuerno de África en 2015, 2019 y 2021.

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