Los edificios pueden sufrir incendios aunque la evolución en los materiales de construcción y en medidas de seguridad sobre ellos han reducido la posibilidad a casi excepcional. Si bien el incendio del pasado 22 de febrero en Valencia mostró una espectacularidad sobrecogedora, desde el Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia se asegura un hecho semejante en edificios de reciente construcción (desde dos décadas hasta hoy) sería excepcional. Por otra parte, la intervención de los equipos de bomberos va a depender mucho del tipo de construcción que esté ardiendo. Así, las diferentes tipologías de construcciones tienen un protocolo específico. En el caso de Valencia, el protocolo sería el de edificio en altura según afirman desde el Parque de Bombeiros de Santiago de Compostela.
INTERVENCIÓN CONTRA EL FUEGO
La intervención de los bomberos es el aspecto más visible durante un incendio. No obstante, estas intervenciones necesitan de una serie de protocolos y pasos para la extinción del fuego. “Una intervención es peligrosa y exige un documento sobre prevención de riesgos laborales donde la empresa tenga definidos los procedimientos de trabajo ante labores de extinción” dice Manuel Sanmartín, jefe de bomberos del Parque de Bombeiros de Santiago de Compostela.
En la intervención cada persona implicada en la extinción debe tener su función definida así como los EPIs y diferentes medios necesarios. “Todo debe estar protocolizado, en el caso de Valencia se sigue el protocolo de edificios en altura que obliga al uso de autoescaleras y autobrazos”.
Por otra parte, también se define el sector de trabajo de extinción. Un es el sector de acceso, rescate y extinción por fachada, el otro es el sector interior para intervención y rescate en interior. En Valencia el procedimiento fue el de sector exterior ante la imposibilidad de entrar en el edificio. En el caso de que haya víctimas, Sanmartín señala que “la mayoría de personas fallecidas en un incendio lo son por intoxicación al inhalar gases y partículas nocivas”.
Cabe decir que los edificios públicos o de uso público (colegios, edificios oficiales, grandes superficies, etc) ponen a disposición del parque de bomberos toda la información relativa a su estructura, división y materiales.
MATERIALES DEL EDIFICIO
Lucía Fernández, del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG), señala que se puede usar todo tipo de material en construcción, solo que este debe responder a una serie de especificaciones condicionadas por la legislación sobre edificación. Actualmente en España está en vigor la Normativa Técnica de Edificación, cuya última actualización se realizó en 2019.
“Existe una clasificación de materiales que va de menos a más según la potencialidad para extender el fuego, materiales más resistentes a menos resistentes” señala Lucía Fernández. La catalogación de estos materiales responde a las diferentes alturas de un edificio. “La clasificación es de B a D. Por ejemplo, en el nivel B estos materiales son combustibles pero con poca contribución para extender el fuego, este material desaparece pero no ayuda a expandir el incendio”. El material D sí aportaría cierta contribución a la propagación del fuego pero no sería elevada.
¿Cómo se puede asegurar que los materiales de construcción son, hasta cierto punto, seguros? “La resistencia de una construcción está limitada al código técnico de la edificación” apunta Fernández. Cada pieza, cada elemento que se usa para levantar una estructura ha debido ser testado en un laboratorio. Allí se comprueba el grado de desintegración, la resistencia al fuego, la propensión a emitir humos o gases y el goteo en el caso de materiales sintéticos (plásticos). Todos ellos deberán llevar un certificado donde se refleje su capacidad de resistencia al fuego.
Además, la resistencia de una construcción se mide en el tiempo, en la resistencia que esa estructura ofrece al fuego, es decir, que sigue cumpliendo su función aunque esté ardiendo. Esta resistencia se mide en minutos.
Por último, las nuevas técnicas y las nuevas tecnologías para materiales de construcción a día de hoy hacen difícil la expansión de un incendio dentro de una estructura edificada. Las normas en vigor son muy exigentes en la actualidad lo que convierten a lo sucedido en Valencia en un hecho excepcional.