Archivo - Pescadores descargan su barco en el puerto de Ribadeo, Lugo

 

 

La Unión Europea se va a embarcar en un ambicioso proyecto de restauración, recuperación y conservación medioambiental en el Viejo Continente. El objetivo es la rehabilitación del 20% de zonas terrestres y marinas degradadas para 2030 y la posibilidad de recuperar todos los ecosistemas degradados para 2050. A favor de esta norma estaban los partidos ecologistas y la izquierda europea, aunque esta última en algunos casos ofrecía ciertas resistencias pensando en las consecuencias económicas tanto para la pesca como para la agricultura. Así, tras años de negociación, se llegó a un consenso de mínimos entre los grupos que votaron a favor mientras que la derecha europea votaba en contra en atención a los posibles efectos negativos que pueda tener esta ley para pescadores y agricultores. En el caso agrario, las movilizaciones son visibles en las calles de la UE desde hace semanas, pero, ¿qué sucede con la pesca? ¿Es posible que este sector sea capaz de paralizar su actividad tal como han hecho sus colegas del campo?
 

¿HASTA DÓNDE REHABILITAR?

Las áreas de costa han sufrido una fuerte presión demográfica e industrial durante los últimos doscientos años. No solo la actividad pesquera ha dejado huella en el mar, el turismo y su presión inmobiliaria, la degradación y contaminación de los ríos que desembocan en el mar vertiendo contaminantes que van recogiendo en su recorrido. La consecuencia es un área costera sobreexplotada y muy contaminada. La nueva ley europea pretende la recuperación de, por lo menos, un 20% de estas zonas para 2030.

 

“¿Hasta dónde queremos recuperar los fondos marinos; hasta el estado de hace dos siglos o más atrás?” pregunta Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. La pregunta de Otero cuestiona el hecho de que si bien la intervención humana ha dañado al mar, “para su restauración es necesaria una nueva intervención humana”. Con esto el presidente de las cofradías españolas critica la postura medioambientalista que considera la pesca y otras actividades como acciones humanas destructivas para el mar. “El ser humano necesita intervenir para la restauración de las zonas a proteger”. A esta postura se añade el temor de una reducción drástica del número de barcos pesqueros ante el posible cierre de áreas donde se prohíba la pesca.

 

Archivo - Buque pesquero

 

“Debemos recordar que en Europa el 70% del pescado que consumimos es de importación y no sigue las mismas exigencias a las que estamos obligados los pescadores de la Unión Europea” remarca Otero. Eso en lo que concierne al consumo de pescado, ¿pero que ocurre con las artes de pesca? “Hace tiempo que se prohibió el arrastre mediante 'tren de bolos' en el arrastre y a esto se unieron muchos más esfuerzos”. Aquí Otero recuerda el paso de doscientos a sesenta arrastreros matriculados en España. No obstante, buena parte de la flota pesquera en vez de desguazar ha optado por matricularse en países americanos o africanos en el Índico.

 

¿CÓMO RECUPERAR LOS FONDOS MARINOS?

¿La intervención humana es necesaria para recuperar el fondo marino degradado? Sí, hasta cierto punto porque habrá que delimitar y controlar el acceso a determinadas áreas. “En el caso de las áreas marinas la mejor acción es no hacer nada, crear zonas donde la actividad pesquera artesanal se pueda desarrollar, además de que estas reservas ayudarán a las especies migrantes” señala Lucas Barrero de Ecologistas en Acción
 

Según la experiencia recogida por científicos en áreas de reserva marina, los pescadores que usan artes pesqueras artesanales pueden ver incrementado su volumen de pesca. “Son los propios pescadores quienes se quejan de la falta de pesca y el tener que emigrar con sus barcos a otros lugares”, esto último, coincidente con lo señalado por Basilio Otero. Y es que la deslocalización pesquera, como señalaba el presidente de la Federación Española de Cofradías, hace que la cadena alimentaria europea de pesca se vea afectada por la importación de producto muchas veces capturado por barcos gallegos, vascos y andaluces principalmente. 
 

Volviendo a la recuperación de áreas marinas, en un principio y pensando en la recuperación de bancos pesqueros, “lo primero sería usar artes de transición pero hablando con todos los agentes implicados pensando también en la diversificación económica”, apunta Lucas Barrero. “La restauración del fondo marino es un asunto para sentarse a negociar y poder así diseñar políticas de protección, con esto, los pescadores serían los primeros beneficiados”.

 

Las conclusiones a corto plazo no existen en estos momentos, solo valoraciones y posturas contrarias. El texto legal ha pasado por un largo período de negociación con adaptaciones, recortes y rebajas en exigencias para conseguir el acuerdo de fuerzas políticas reticentes aun en los sectores progresistas de la política común europea. En seis años deberían verse los primeros resultados.


 

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