La Audiencia Provincial de Ourense ha albergado este lunes la primera jornada del juicio por el tiroteo de la estación de servicio de Tamallancos, en el ayuntamiento ourensano de Vilamarín, en el año 2022. Durante la sesión una de las víctimas ha asegurado que el acusado "llegó como un loco, pegando tiros".
Los hechos tuvieron lugar el 8 de marzo de 2022 cuando supuestamente dos familias se habían citado en la gasolinera de Tamallancos para recoger a la hija, menor de edad, de una de las partes, que mantenía una relación sentimental con el hijo de la otra familia.
La causa de las desavenencias entre ambas familias partían precisamente de la relación entre los hijos, ya que el novio y su familia pretendían llevarse a la joven a Ferrol, donde ya habían convivido con anterioridad, pero la familia de ella se oponía.
Según el escrito fiscal, el acusado se presentó en la gasolinera con una escopeta semiautomática con el número de identificación eliminado y "con la intención de terminar con la vida" del padre del novio de su hija y del mismo.
Según la versión del Ministerio, el progenitor de la menor disparó contra el joven y contra su madre cuando esta gritó y, posteriormente, persiguió a padre e hijo hacia el interior del establecimiento, donde disparó dos veces más alcanzando también a un cliente.
33 AÑOS DE PRISIÓN
La Fiscalía pide 33 años de prisión para el autor de los disparos, que en total hirieron a cuatro personas. 9 años de prisión por cada uno de los delitos de homicidio en grado de tentativa, 4 años de prisión por el delito de lesiones y 2 años de prisión por la tenencia ilícita de armas y 31 para su pareja como cooperadora necesaria.
El matrimonio acusado no ha querido declarar en la sala de la Audiencia y se han limitado a ratificar la declaración que realizaron durante la instrucción, en la que él había trasladado que su intención no era matar, sino dar tiros al aire "para asustar" al marido de su hija, que presuntamente era víctima de malos tratos, así como a los padres de él para que no se la llevasen a Ferrol.
A través de videoconferencia han declarado la ex pareja de la menor, así como su padre y su madre. El joven ha asegurado que lo llamó su exmujer para que la fuera a buscar y por eso se desplazó hasta la gasolinera ourensana con su familia. Una vez allí, ha asegurado que recibieron una llamada para que saliesen de la cafetería del local y fuera comenzaron los disparos, que en su caso lo alcanzaron en la espalda, en el antebrazo y en una pierna.
Su padre ha manifestado que fue la madre de la chica quien lo llamó a él para que se juntaran los hijos y posteriormente la menor al joven. Sobre lo sucedido ha asegurado que "fue rápido", que el acusado "llevaba el arma escondida" y que "vino como un loco pegando tiros".
Por su parte, la madre ha explicado que vio cómo el acusado "cogía algo" en la parte de atrás de la furgoneta y "sin mediar palabra empezó a disparar". "Primero a mi hijo, después a mi en la pierna, yo empecé a gritar", ha relatado antes de contar que llegó a la cocina del local, donde se refugió y pidió que "cerrasen el bar porque nos querían matar". Ha asegurado que pasó "mucho miedo de que mataran a mi marido y a mi hijo".
TESTIGOS
Por la sala también han pasado diferentes testigos de los hechos, entre ellos el cliente del bar que salió herido mientras trataba de escapar. Solo ha podido manifestar que no vio de donde venían los disparos, sino que los escuchó. Entre sus secuelas queda un fragmento del proyectil en el tórax derecho. En el momento en el que abandonaba la sala el acusado se ha dirigido a él para pedirle perdón.
También ha declarado la hija de los acusados, que por aquel entonces era menor de edad. Según su versión ella estuvo en la furgoneta en la que se habían trasladado hasta la gasolinera y se bajó al oír disparos, "sin saber de dónde venían", pero su madre "me cogió y me metió de vuelta en el coche". Ha afirmado que su padre "había bebido mucho, pero no es violento ni tenía problemas con nadie".
Sí ha reconocido entre lágrimas que, tras lo sucedido, su padre le dijo "quédate tranquila, ellos se van a ir a Ferrol".
Por su parte, uno de los trabajadores que se encontraba tras la barra del bar ha afirmado que recordaba al acusado "recargar el arma" dentro del local y dirigirse a él para que le dejase entrar a la cocina, donde se habían refugiado las víctimas. "Me comentó algo sobre que tenían a su hija secuestrada o algo así", ha manifestado antes de que el letrado señalase que en fase de instrucción había declarado que el acusado le había dicho "no es contra usted, ellos cogieron a la niña y la golpearon". Unas declaraciones en las que el testigo se ha ratificado.
PENAS
Así pues, el Ministerio Público pide para los acusados penas de 33 años de prisión por tres delitos de homicidio en grado de tentativa, un delito de lesiones con instrumento peligroso y tenencia ilícita de armas. En el caso de la mujer, 31 años como cooperadora necesaria. Además reclama para los perjudicados indemnizaciones que van desde los 1.856 euros hasta los 18.429, así como que asuman gastos ocasionados en vehículos afectados en el aparcamiento del local.
La acusación particular, ejercida por el hijo y su padre, piden que se condene al acusado por un delito de asesinato en grado de tentativa, mientras que la defensa solicita libre absolución y en caso de condena una pena inferior por atenuante por consumo de alcohol. El juicio continúa mañana con las pruebas periciales.