La Audiencia Provincial de Ourense ha acogido este martes la segunda sesión del juicio por el tiroteo de la estación de servicio de Tamallancos, en el ayuntamiento ourensano de Vilamarín, en marzo de 2022. Durante la vista, en la que han comparecido distintos peritos, también han declarado el hijo que más horas compartió con el progenitor ese día, quien ha asegurado que su padre "se volvió completamente loco cuando supo que venían a por mi hermana".
Lo sucedido se remonta al 8 de marzo del 2022 tras desavenencias entre dos familias por la relación sentimental que mantenían sus hijos, ya que el novio y su familia pretendían llevarse a la joven, menor de edad en aquel entonces, a Ferrol, donde ya habían convivido con anterioridad, pero la familia de ella se oponía.
"Fuimos a trabajar y antes se tomó su tratamiento con una cerveza", ha dicho el hijo del acusado, esgrimiendo que 'ese tratamiento' consistía en diferentes pastillas para diferentes causas y que solía tomarlas con esa bebida, algo que no varió el día de los hechos, según su relato, al que añadió que después, de camino al trabajo, se dirigieron a una tienda y el padre se compró otro paquete de varias cervezas.
Al salir del trabajo en una chatarrería se acercaron, según su versión, a un bar de la ciudad de Ourense para celebrar que su "hermano había salido absuelto" de un juicio por una falta leve. "Mi padre ya estaba un poco ebrio y se tomó varias cañas", ha manifestado el chico relatando que, a continuación fueron a comprar carne para hacer una comida familiar y celebrar el veredicto del juicio.
"Comimos y se tomó varios chupitos", ha continuado el joven recordando lo que pasó poco antes del suceso en Tamallancos, porque durante esa comida el progenitor se dio cuenta de que no estaba su hija y "fue a buscarla a la habitación", donde según el relato de los familiares, la encontró llorando porque "decía que su exmarido junto a su familia iba a cogerla a la fuerza para llevársela".
"MI PADRE SE VOLVIÓ COMPLETAMENTE LOCO"
"Mi padre se volvió completamente loco cuando supo que venían a por mi hermana", ha esgrimido el joven señalando que ya no le volvió a ver hasta su regreso cuando "me dijo: 'llámame al cuartel de Tamallancos para que vengan a buscarme".
En la misma línea ha relatado lo sucedido el otro hermano que salía del juicio, asegurando que su padre se pidió en el bar una ronda de cervezas y que incluso la camarera rechazó ponerle la última porque estimó que ya había bebido suficiente. También una hermana ha dicho que su padre consumió alcohol durante la comida en el tiempo que ella compartió con él antes de lo sucedido, y que cuando regresó de Tamallancos dijo en la casa "que los otros iban a Ferrol y que mi hermana se iba a quedar tranquila".
También han comparecido los agentes de la Guardia Civil que realizaron la detención. A preguntas de la Fiscalía no han podido acreditar que lo encontrasen con una actitud afectada por el consumo de alcohol, lo que sí han resaltado es que "colaboró en todo momento" y que los "estaba esperando".
"Me entregó la escopeta y los dos cartuchos y me aseguró que su intención no era matar, era asustar" ha expuesto uno de los agentes trasladando que el acusado le contó en aquel momento que "se llevaba mal con su familia política porque medio año antes se había llevado a su hija y no la trataba bien".
"CONCIENCIA TRANQUILA"
La misma declaración ha prestado su compañero, asegurando que les "manifestó libremente que tenía la conciencia tranquila por lo que había hecho" y que "dijo que la familia política agredía a su hija continuamente, lo que había provocado que su mujer enfermase".
Además, este agente ha relatado que el acusado "preguntó si había herido a algún payo" y al decirle que sí "lo lamentó bastante insistiendo en que su intención era solo asustar a la familia". "Estaba en actitud tranquila, no puso resistencia, colaboró y solo pidió fumar un cigarro y despedirse de su hijo", ha explicado el guardia civil que además ha añadido que el acusado "señaló un cartucho completo, dando a entender que no mató a las víctimas porque no quiso".
Por su parte, los investigadores que se acercaron hasta el área de servicio de Tamallancos, y que analizaron las grabaciones de las cámaras de seguridad, han contado que en una de ellas se ve como uno de los afectados por los disparos "manipula minutos ante su teléfono" en la cafetería y sale hacia la zona de surtidores, lo que, a sus ojos, "corrobora un poco la version de la víctima", porque quien trasladó (en la jornada de este lunes) que salieron del local porque los acusados le habían realizado una llamada pidiéndoselo.
Este mismo investigador ha expuesto que "si no llega a ser por un camarero que le dijo al acusado que las víctimas, refugiadas en la cocina, ya no se encontraban allí, no sabemos lo que podría haber pasado". Según él porque "tenía la intención de causar el mayor daño posible", una aseveración que, ha explicado, se basa en la zona del cuerpo donde las víctimas recibieron los disparos "en el húmero, en las cervicales y en el torso".
Otro de los agentes ha indicado que la mujer del acusado, también sentada en el banquillo, "participa de la misma manera que él, solo que sin escopeta, como si lo dirigiese", ha dicho, explicando que en las grabaciones "se ve como señala a las víctimas". Con todo, el médico forense ha trasladado que la vida de las víctimas "no corrieron peligro".