El terremoto que se ha producido en Accumoli, en Italia, ha provocado un elevado nivel de destrucción en un radio de 160 kilómetros, ya que se ha producido en una zona de fallas y de gran actividad tectónica, fruto del choque entre las placas Euroasiática y Africana, según geólogos.


El presidente del Ilustre Colegio de Geólogos (ICOG), Manuel Regueiro, ha explicado a Europa Press que este seísmo se ha producido a unos 10 kilómetros de profundidad entre las localidades de Amatrice y Accumoli, dentro de la región del Lazio y tiene unas características similares al de L'Aquila, a unos 50 kilómetros, donde en abril de 2009 se registró un terremoto de magnitud 6,9.


En esta ocasión, el temblor de la pasada madrugada ha tenido una magnitud 6,2 mwp en la escala de Magnitud de Momento (para sismos hasta 6,8 equivalente a la Richter) y ha liberado una energía similar a la explosión de 1.270 toneladas de dinamita.


INTENSIDAD VII A VIII


Además, ha informado de que según los primeros informes, el terremoto ha sido calificado de intensidad VII a VIII en la escala Mercali, que va del I al XII. Regueiro ha indicado que esto supone posibles daños leves en infraestructuras bien construidas y posibilidad de daños graves en estructuras vulnerables, como es el caso de las construcciones de las poblaciones cercanas al epicentro del seísmo.


"Ha destruido muchos pueblos. Esta es un área sísmica bien conocida en Italia pero a diferencia del de L'Aquila, donde se registraron muchos terremotos previos y se sabía que podía ocurrir, en este caso ha sido repentino, como en la mayoría de las ocasiones", ha comentado.


RIESGO DE TERREMOTOS


La zona ocupa una falla de noroeste a sureste, que va del Golfo de Taranto hasta la cuenca del Po y que sigue los Apeninos centrales, que son "fruto de la colisión accidental por el empuje de África contra Europa, es decir de la presión continental".


De hecho, ha agregado que a lo largo de la cresta de los montes Apeninos, aunque también algunas partes de Calabria y del norte de Italia tienen riesgo de terremotos. Por ello, ha subrayado que en Italia existe una gran preocupación por los riesgos geológicos pero admite que "con ciudades y edificios antiguos, es muy difícil de resolver la situación".


En cuanto a la destrucción causada, ha explicado que, como en L'Aquila, en la zona hay numerosos edificios muy antiguos sin diseño antisísmico, por lo que los efectos son "muy parecidos, igual que la sensación" y ha advertido de que podrían caer muchas edificaciones.


Por otro lado, el responsable de los geólogos españoles ha recordado que en la actualidad es "imposible" predecir un terremoto, por lo que confía que en este caso no se repitan los sucesos del seísmo de L'Aquila, que llevo a seis científicos italianos a ser condenados en primera instancia en 2012 por no advertir a la población de la proximidad del movimiento sísmico. Los seis científicos fueron absueltos mediante sentencia de un tribunal de apelación en 2014.


DIFERENTE SITUACIÓN SÍSMICA A ESPAÑA


Por su parte, la investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaime Almera, María José Jurado, ha explicado a Europa Press que el contexto geológico italiano es muy diferente al de España.


En este caso, la situación es similar a la de los terremotos de L'Aquila en 2009 y de Umbria en 1997, ya que esta es una zona geológicamente "compleja" donde predominan movimientos de extensión en la falla, pero en este caso, además, la zona está sometida a la compresión de la placa africana y euroasiática.


Sin embargo, ha precisado que el contexto de Lorca es diferente, ya que la falla de Alhama de Murcia está activa y a lo largo del tiempo va generando terremotos que suelen ser "de pequeña magnitud salvo excepciones, como en mayo de 2011, y normalmente son superficiales".


Otra de las diferencias, aunque considera que ambos han sido superficiales es que el de Italia se ha producido a unos 10 kilómetros y el de Lorca a dos bajo la superficie, por lo que aunque su magnitud fue menor los daños también fueron importantes.


Respecto al más reciente, el de Melilla en enero de 2016, ha comentado que también se produce por una falla en el empuje de África hacia Europa, que se resuelve con una zona de fallas activas. "Hay dos gigantes colisionando --las placas africana y euroasiática-- y a pequeña escala se van solucionando en los movimientos de las pequeñas fallas, que continúa ese empuje. Podríamos decir que hay un movimiento relativo de África hacia Europa", ha añadido.

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