Lluvias torrenciales han vuelto a poner en jaque a la ciudad de Lugo y, en especial, al conocido leiraparking del hospital, donde la situación se ha vuelto insostenible para los usuarios. En los últimos días, la provincia ha registrado más de 50 incidencias relacionadas con el temporal, siendo la capital una de las zonas más afectadas por las intensas precipitaciones y el granizo, según datos oficiales de la Xunta y MeteoGalicia.
El aparcamiento exterior del hospital, ya deteriorado, ha visto cómo la acumulación de agua y la aparición de grandes baches han convertido el acceso y la circulación en un auténtico desafío para conductores y peatones.
El principal problema del leiraparking es la cantidad de baches que, tras las lluvias, quedan completamente inundadas, dificultando que los conductores puedan calcular su profundidad. Usuarios habituales denuncian que resulta casi imposible circular por el recinto sin riesgo de dañar los bajos del coche, especialmente en vehículos de perfil bajo. La situación se agrava porque las charcas están tan próximas entre sí que esquivarlas es una tarea prácticamente imposible. Muchos conductores optan por extremar las precauciones, aunque algunos reconocen que solo vehículos todoterreno pueden afrontar el recorrido con cierta seguridad.
El mal estado del aparcamiento no es nuevo. Los usuarios aseguran que el mantenimiento se limita a echar algo de grava y realizar arreglos superficiales, sin que se acometa una solución definitiva. Esta falta de actuaciones de calado ha hecho que, con cada episodio de lluvias intensas, el problema se repita y se agrave.
Ante la presión de los usuarios y la evidencia del deterioro, el Concello de Lugo ha anunciado la intención de acometer una reforma integral del leiraparking para dotarlo de un firme más sólido y resistente a las inclemencias meteorológicas. Sin embargo, el proyecto sigue pendiente de varios trámites administrativos y no hay fecha concreta para el inicio de las obras. Mientras tanto, los usuarios del hospital deben seguir sorteando los peligros diarios que suponen los baches y el agua acumulada.
La situación actual no solo dificulta el acceso al centro sanitario, sino que supone un riesgo real para los vehículos y para las personas que deben transitar por la zona, especialmente en días de lluvia intensa.