El norte de España, especialmente regiones como Galicia, Asturias y el País Vasco, registra las mayores tasas de hospitalizaciones por esta enfermedad en el país.
El estudio incluye una serie de mapas elaborados en bases a modelos matemáticos. Los mapas permiten estimar las zonas más peligrosas.
Los mapas muestran la proyección de los modelos de densidad de búsqueda para cada estadio de la garrapata I. ricinus al noroeste de la Península Ibérica: I) adultos; II) ninfas; III) larvas. Los colores más claros indican una mayor densidad prevista (garrapatas/hectárea), mientras que los colores más oscuros indican una menor densidad. Las áreas en blanco en el mapa de larvas se deben a la falta de información en el censo ganadero de esos municipios. El mapa en la esquina superior derecha muestra (en rojo) las áreas donde el análisis MESS indica alta incertidumbre en el modelo para esa predicción.
Las zonas ganaderas del interior de las provincias de A Coruña, Pontevedra y Lugo son las que parecen ser más proclive a las larvas. El litoral y los valles fluviales parecen ser menos proclives a la presencia de adultos.
Las zonas rurales, especialmente en áreas montañosas como los Montes de León o la Cordillera Cantábrica, presentan una mayor densidad de garrapatas adultas, según estás proyecciones científicas. Las ninfas, más abundantes en las zonas costeras, también contribuyen al riesgo, ya que el clima suave de Galicia permite su actividad durante todo el año.
En todo caso factores como residir en zonas rurales, practicar actividades al aire libre o tener mascotas incrementan la probabilidad de contagio, en un contexto donde el clima templado y húmedo favorece la proliferación de garrapatas de la especie Ixodes ricinus.
Factores de riesgo
En todo caso, actividades recreativas como el senderismo, la pesca o la acampada en entornos naturales exponen a la población a las picaduras, especialmente en esta temporada primaveral. Los expertos advierten que estas prácticas requieren precauciones adicionales para evitar el contacto con garrapatas, como llevar ropa que cubra todo el cuerpo.
Aquellos que trabajan en sectores como la agricultura, la ganadería o la silvicultura tienen un 36% más de riesgo de contagio debido a su exposición prolongada a hábitats de garrapatas.
La propiedad de mascotas, especialmente gatos, también eleva el peligro. Los hogares con animales tienen casi el doble de probabilidades de encontrar garrapatas, y los gatos, al cazar roedores y moverse libremente, incrementan un 11,1% el riesgo de Lyme.
El doctor Mariano Bueno, presidente de la Fundación SOS Lyme, destaca que la menor utilización de medidas preventivas en gatos, como collares antiparasitarios, agrava esta situación.
Una enfermedad difícil de diagnosticar
Conocida como la gran imitadora, la enfermedad de Lyme, causada principalmente por la bacteria Borrelia burgdorferi, presenta síntomas como fiebre, fatiga, dolores musculares, problemas neurológicos o cardiacos, que pueden confundirse con otras patologías como fibromialgia o fatiga crónica. Si no se trata a tiempo, puede derivar en un Lyme crónico, con consecuencias graves. El doctor Bueno subraya la importancia de un diagnóstico precoz y tratamientos que van desde antibióticos hasta terapias avanzadas, como la INUSpheresis, para frenar su avance.
Prevención
La Fundación SOS Lyme insiste en la necesidad de medidas preventivas, especialmente en primavera, cuando las garrapatas son más activas.
Revisar la piel tras actividades al aire libre, llevar ropa de manga larga y el pantalón dentro de los calcetín al hacer senderismo, usar repelentes y proteger a las mascotas son acciones clave para reducir el riesgo.