Cuatro años después de la prohibición nacional, Galicia ha reactivado el control cinegético del lobo ibérico en casos de conflictos con la ganadería. En el último mes y medio, la Consellería de Medio Ambiente ha registrado tres solicitudes: dos en la comarca de Ortegal y una en Santiago, según adelanta hoy Faro de Vigo. Los expedientes, aún en evaluación, requieren acreditar ataques continuados que pongan en riesgo la viabilidad económica de las explotaciones, según destacó la conselleira Ángeles Vázquez.
Un cambio legal con respaldo político
El Congreso aprobó en marzo retirar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE) al norte del Duero, revirtiendo así la protección total vigente desde 2021. La reforma, impulsada por PP, Vox, PNV y Junts, permitió a comunidades como Galicia diseñar planes de gestión ante el aumento de manadas y ataques al ganado. La Xunta publicó el 11 de abril la normativa que habilita su caza selectiva, vinculada a daños documentados.
Modalidades restrictivas y cifras en disputa
Hasta finales de junio, solo se autoriza la modalidad de espera —caza desde un punto fijo— para evitar interferir con la cría de otras especies. El resto del año, se permitirán batidas activas. La administración gallega justifica la medida con datos, que no todos los biólogos comparten: las manadas crecieron un 37% en dos décadas, alcanzando las 93, mientras los ataques a reses aumentaron un 57% desde 202118. No obstante, organizaciones ecologistas cuestionan estas cifras y abogan por métodos no letales.
Ecologistas contra la medida: recurso en marcha
La Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo (Ascel) presentó un recurso para suspender la normativa, alegando que los daños esporádicos no justifican su caza. Critican que se priorice el control letal sobre medidas preventivas, como vallados o mastines, y recuerdan que el lobo sigue siendo una especie clave para los ecosistemas5. Desde la Xunta, insisten en que el marco legal cumple con el Plan de Gestión de 2008, buscando un equilibrio entre biodiversidad y actividad agraria.
La polémica trasciende Galicia. Mientras comunidades norteñas como Asturias y Cantabria ya han establecido cupos de extracción, organizaciones como WWF y Ecologistas en Acción denuncian que matar lobos no resuelve el conflicto. El Ministerio para la Transición Ecológica, por su parte, avaló recientemente los datos gallegos sobre la expansión del cánido, aunque subraya la necesidad de monitoreo científico riguroso.