Residuos de la antigua mina de Touro - O Pino (A Coruña) que vierten al río Ulla


La Organización de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega) ha decidido dejar de descargar en el puerto de Vilaxoán, cerca de Vilagarcía, como señal de rechazo a la reapertura de la mina de cobre de Touro, proyecto impulsado por la empresa Cobre San Rafael. Esta compañía financió recientemente la grúa utilizada en el puerto para la descarga de mejillón, algo que la organización ve como una forma encubierta de ganar legitimidad dentro del sector.

 

El origen de esta situación está en una avería de la grúa gestionada por la cofradía local. Tras quedar inoperativa, el servicio fue derivado primero a una persona que lo abandonó y, más tarde, a otra que recurrió al respaldo económico de la empresa minera. Para Opmega, aceptar este apoyo implicaría colaborar indirectamente con un proyecto que considera perjudicial para el mar.

 

La organización, que representa a una gran parte del sector mejillonero gallego, defiende una acuicultura sostenible y libre de vínculos con intereses industriales. La renuncia al puerto no es un gesto simbólico: implicará reorganizar su operativa diaria, pero la asumen como una medida coherente con sus valores.

 

Una mina bajo sospecha en Touro
El plan para retomar la extracción de cobre en Touro, promovido por Cobre San Rafael, ha generado una amplia oposición en Galicia. Diversas plataformas ecologistas, mariscadoras y colectivos vecinales advierten del impacto que podría tener sobre el río Ulla y, por extensión, sobre la ría de Arousa, donde se concentra buena parte de la actividad marisquera y acuícola de la comunidad.

 

Los estudios encargados por colectivos contrarios al proyecto señalan riesgos de contaminación por metales pesados que podrían afectar al ecosistema marino y a los sectores económicos que dependen de él. En este contexto, la presencia de Cobre San Rafael en un punto estratégico como el puerto de Vilaxoán es vista con recelo.

 

Opmega forma parte activa de la Plataforma pola Defensa da Ría de Arousa, desde donde se denuncia cualquier intento de “lavado verde” por parte de proyectos como el de Touro. La financiación de infraestructuras del sector por parte de una minera ha sido interpretada como una estrategia de marketing ambiental que no están dispuestos a respaldar.

 

La organización considera que no basta con trabajar en aguas limpias, sino que también es imprescindible actuar con coherencia y responsabilidad ética.

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