Los hallazgos de esta investigación son contundentes: se estima que cada dúo reproductor de esta ave rapaz es capaz de erradicar entre 67 y 83 nidos de velutina anualmente, lo que subraya su potencial como agente de control biológico.
Este revelador estudio doctoral, titulado 'El papel del abejero europeo en el control de la avispa asiática', fue llevado a cabo por Jorge Ángel Martín Ávila en la provincia de Pontevedra. Bajo la dirección de los reconocidos ornitólogos y profesores Salvador Rebollo, originario de Marín, y Luisa M. Díaz Aranda, ambos del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá de Henares, la investigación desvela cómo esta especie aviar ha integrado velozmente al insecto invasor en su alimentación, convirtiéndose en un factor determinante para su contención.
La investigación corrobora que la totalidad de las parejas de abejeros monitoreadas en el área de estudio han incorporado activamente la avispa asiática a su régimen alimenticio durante la estación de cría. Este insecto exótico se ha posicionado como el segundo componente más habitual en su dieta y, en ciertas temporadas, ha llegado a ser el principal en términos de masa biológica consumida.
Los hallazgos de la tesis de la Universidad de Alcalá se suman a otras investigaciones que apuntan al abejero como un agente clave en la lucha contra la velutina. En esta línea, un estudio de 2023, también liderado por Salvador Rebollo y su equipo, ya había documentado el consumo de la avispa asiática en la totalidad de los nidos de abejero analizados. Sus resultados indicaron que la velutina se había convertido en la segunda especie de avispa más abundante en la dieta de estas aves, llegando a ser la más predominante en 2018 en términos de biomasa.
Durante la época de cría, cada pareja de abejeros atacó entre 34 y 61 colonias en 2018 y entre 15 y 28 en 2019. La frecuencia de anidación de los abejeros se incrementó del 60% antes de la aparición de la avispa asiática al 100% después, y la densidad de parejas reproductoras creció un 300%. Estos datos ya sugerían que la avispa asiática estaba adquiriendo un peso considerable en la alimentación del abejero europeo.
En esa misma línea, otro trabajo publicado en Portugal por el investigador Nuno Onofre y su equipo evaluó el comportamiento depredador del abejaruco europeo (Merops apiaster) frente a la velutina. Aunque la superposición geográfica entre ambas especies es limitada en la península ibérica, los investigadores confirmaron que esta ave también se alimenta de la avispa asiática, lo que abre la puerta a considerar a varias especies autóctonas como aliadas en el control biológico de la plaga.
Un Depredador Eficaz
Los datos obtenidos son esclarecedores: estas aves rapaces muestran una predilección por atacar los nidos subterráneos, especialmente aquellos situados en entornos forestales. El abejero extrae meticulosamente las larvas de los avisperos, una acción que a menudo conduce al colapso total de la colonia.
Si bien esta actividad depredadora no consigue disminuir la cantidad global de nidos de velutina en la estación otoñal, sí logra una reducción considerable en la población de avispas obreras durante el verano. Esto, a su vez, alivia la presión ejercida sobre la fauna autóctona y, crucialmente, sobre las colonias de abejas melíferas.
La abundante disponibilidad de este nuevo recurso alimenticio ha coincidido con un notable aumento en la densidad de abejeros reproductores en la península. Desde la irrupción de la avispa asiática en 2014, la población de estas aves se ha triplicado, un fenómeno que se atribuye a la mayor oferta trófica que incentiva el establecimiento de más parejas en hábitats forestales idóneos.
Un Servicio Ecosistémico de Valor Incalculable
Más allá de su impacto directo, la investigación subraya que el abejero desempeña un rol complementario vital. A diferencia de las intervenciones humanas, que suelen enfocarse en áreas urbanas o agrícolas, esta rapaz opera en zonas forestales de difícil acceso, eliminando nidos ocultos que, de otro modo, servirían de refugio para la especie invasora. Sin embargo, los especialistas advierten sobre la necesidad de integrar este rol en planes de control que eviten daños colaterales, como el uso de insecticidas que podrían perjudicar a la rapaz, según declaraciones de Salvador Rebollo.
El exhaustivo estudio, cuya defensa doctoral está programada para el 15 de julio de 2025 en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alcalá de Henares, también cuantifica el valor económico de este servicio ecosistémico natural. Se calcula que el coste de sustituir los nidos de avispa asiática destruidos por los abejeros ascendería a 6,4 millones de euros anuales, una cifra que excede con creces la inversión pública destinada a combatir esta plaga en Galicia. Adicionalmente, un análisis de valoración contingente revela que los ciudadanos de Pontevedra otorgan a este servicio un valor promedio de 42 euros por persona, lo que representa más de 33 millones de euros a nivel provincial.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que se investiga el papel de las aves en el control de la velutina. Otros estudios previos, como el publicado en 2023 por el propio Salvador Rebollo y su equipo, ya habían detectado el consumo de la avispa asiática en todos los nidos examinados, confirmando que se estaba convirtiendo en una parte importante de la dieta del abejero. Incluso el abejaruco europeo (Merops apiaster), otra especie de ave, ha sido identificado como depredador de la avispa asiática en investigaciones como la de Nuno Onofre y colaboradores, aunque su impacto real aún está en evaluación. Estos hallazgos refuerzan la idea de que los depredadores autóctonos están adaptándose a esta especie invasora.
Adaptación y Conservación
Para obtener estas conclusiones, los investigadores emplearon una metodología rigurosa, analizando más de 66.000 fotografías y examinando los nidos de abejero donde se hallaron restos de avisperos de velutina. La marcada predilección de estas aves por los himenópteros, grupo al que pertenecen avispas y abejas, se fundamenta en sus singulares adaptaciones anatómicas. Los abejeros europeos poseen refuerzos específicos en su cabeza, paladar, párpados y patas, que les confieren una protección natural contra las picaduras de la avispa asiática.
El abejero ha consolidado su reputación como especialista en la caza de la velutina, al punto de que estos insectos constituyen casi el 70% de su dieta, según las fases iniciales de la investigación. Esta especialización es crucial, ya que representa una respuesta ideal para el control biológico de plagas, minimizando los efectos colaterales al evitar el consumo de especies beneficiosas, como la abeja doméstica. Además, cuando el nido de velutina se encuentra bajo tierra, el abejero acerca su oído al suelo para detectar el sonido de la actividad de larvas y adultos, lo que le permite precisar con exactitud el punto donde debe excavar.
En conclusión, la tesis doctoral aboga por considerar al abejero europeo como un pilar fundamental en cualquier estrategia integral para combatir la avispa asiática. Esto implica no solo implementar medidas de conservación de sus hábitats forestales, sino también desarrollar campañas de concienciación sobre su valiosa función ecológica. Proteger y promover a esta ave discreta y especializada no solo enriquece la biodiversidad, sino que también contribuye significativamente a contener el avance de una de las especies invasoras más problemáticas de Europa. Como referencia, el pasado año se retiraron 809 nidos de velutina en Galicia, de los cuales 384 correspondieron a la provincia de Pontevedra, según datos de Seaga.
Historia de la expansión de la velutina en España y Galicia
La avispa asiática (Vespa velutina) llegó a Galicia en 2010, procedente de Francia, y desde entonces se ha convertido en una plaga imparable. Con un impacto devastador en la apicultura, la biodiversidad y la salud pública, esta especie invasora ha obligado a las autoridades y a la población a adaptarse para mitigar sus efectos.
El avance imparable de la velutina
Los primeros registros de la velutina en España se remontan a 2010, cuando fue detectada en el País Vasco. Sin embargo, Galicia pronto se convirtió en su principal bastión debido a las condiciones climáticas favorables y la abundancia de alimento. En solo una década, la plaga se extendió por toda la comunidad, multiplicando los nidos a un ritmo alarmante. En 2023, se registraron 56.598 avisos, el pico más alto hasta la fecha. Sin embargo, al año siguiente hubo un descenso significativo, con solo 23.454 avisos, menos de la mitad.
Los apicultores gallegos han sido los más afectados. La velutina devora abejas melíferas (hasta 50 al día por avispa), reduciendo la producción de miel en un 65% en algunas zonas8. Además, su presencia ha encarecido los costes de mantenimiento de las colmenas, con pérdidas estimadas en 8 millones de euros anuales8. Pero el daño no se limita a la apicultura: la velutina altera los ecosistemas al depredar insectos polinizadores y afectar cultivos como la vid, donde daña los racimos de uva.
El riesgo para la salud humana
Entre 2019 y 2024, se confirmaron 11 muertes en España por picaduras de velutina, aunque el número real podría ser mayor debido a la falta de registros centralizados5. Galicia presenta la tasa de mortalidad más alta del país, con 2,22 fallecidos por millón de habitantes, muy por encima de la media nacional8. Las picaduras, especialmente en personas alérgicas, pueden desencadenar reacciones anafilácticas mortales, lo que ha generado una creciente alarma social.
En 2024, la Xunta de Galicia implementó un plan de choque que incluyó el trampeo masivo de reinas y la eliminación temprana de nidos primarios. Los resultados fueron prometedores: se capturaron 113.274 reinas con 20.545 trampas, reduciendo los avisos en un 60% respecto a 2023. En Santiago, por ejemplo, las intervenciones de bomberos cayeron un 70,7%, la cifra más baja en una década.
Sin embargo, los expertos advierten que erradicar la velutina es imposible. El objetivo es controlarlo, una lucha en la que el abejero europeo puede jugar un papel clave.