De izquierda a derecha Ana B Crujeiras, Paula M. Lorenzo y Andrea G Izquierdo

La obesidad, considerada actualmente la segunda causa modificable en el desarrollo de tumores, es un factor de alto riesgo para distintos tipos de cáncer. Ante esta realidad, el grupo de investigación liderado por Ana B. Crujeiras se propuso analizar cómo una intervención nutricional enfocada en la cetosis podía modificar el funcionamiento de genes implicados en procesos tumorales, tanto en pacientes con obesidad como en cultivos de células tumorales de mama.

 

El objetivo central del estudio consistió en evaluar el efecto de la cetosis nutricional sobre la metilación de genes que están relacionados con el desarrollo y la progresión de los cánceres. Según detalla Ana B. Crujeiras, líder del grupo Epigenómica en Endocrinología y Nutrición del IDIS, el trabajo permitió comprobar que la dieta cetogénica induce cambios epigenéticos que pueden modular la actividad de genes clave en la aparición y evolución de los tumores.

 

 

El trabajo, que forma parte de la tesis doctoral de Paula M. Lorenzo y contó con la participación de otras científicas del grupo, así como del grupo Oncomet del IDIS y de hospitales de Ferrol y Valladolid, se enmarca en un proyecto financiado por el Instituto de Salud Carlos III, el CIBEROBN y la Xunta de Galicia.

 

En la primera fase, pacientes con obesidad siguieron un protocolo de dieta cetogénica muy baja en calorías. Durante el periodo de cetosis máxima, coincidente con una evidente reducción de peso, se observaron cambios en la metilación del ADN en genes implicados en el cáncer. Estos resultados se confirmaron también en cultivos celulares de cáncer de mama, en particular en aquellos de tipo triple negativo, tratadas tanto con cuerpos cetónicos como con secretoma de tejido adiposo visceral asociado a la obesidad.

 

 Notablemente, los cuerpos cetónicos indujeron modificaciones epigenéticas en dirección opuesta a las provocadas por factores derivados de la obesidad.

 

Los cambios epigenéticos observados sugieren que tanto los cuerpos cetónicos generados durante la cetosis como los productos del tejido adiposo visceral pueden influir en el comportamiento de las células tumorales, modificando potencialmente su crecimiento a través de la regulación de la metilación del ADN.

 

Implicaciones clínicas: hacia una oncología personalizada

El estudio ofrece evidencia molecular sobre cómo la dieta cetogénica puede influir en la epigenética del cáncer, respaldando la importancia de personalizar los tratamientos y de considerar la dieta como una intervención relevante a nivel metabólico y epigenético en la lucha contra la enfermedad. La propia Ana B. Crujeiras explica que los resultados, obtenidos tanto en pacientes como a nivel in vitro, “refuerzan el papel potencial de la dieta VLCKD como complemento al tratamiento convencional en personas especialmente susceptibles al cáncer, como quienes sufren obesidad”. La investigación apunta además a que la pérdida de peso y la cetosis nutricional podrían estar involucradas en la modulación del desarrollo tumoral.

 

La línea de investigación abierta por el equipo del IDIS no sólo amplía el conocimiento sobre la interacción entre dieta, epigenética y cáncer, sino que también resalta la necesidad de enfoques transdisciplinares que unan la nutrición, la epigenómica y la oncología. En el contexto de la medicina de precisión, la inclusión de intervenciones dietéticas personalizadas podría contribuir a diseñar tratamientos más efectivos y adaptados a la biología individual de cada paciente.

 

Otros puntos de vista y contexto científico

El respaldo a las conclusiones del estudio del IDIS se ve reflejado en las observaciones de otros especialistas y trabajos científicos. Por ejemplo, en distintas publicaciones se ha señalado que la dieta cetogénica genera un entorno metabólico desfavorable para los tumores y potencia la acción de tratamientos estándar como la quimioterapia y la radioterapia, a la vez que protege a las células sanas de los efectos secundarios de las terapias citotóxicas.

 

 Además, los cuerpos cetónicos producidos durante la cetosis han mostrado propiedades antitumorales y promotoras del sistema inmunológico, y la dieta cetogénica ha evidenciado beneficios en tumores de mama, colon, pulmón, páncreas, próstata y estómago, entre otros.

 

Sin embargo, la comunidad científica coincide en que las intervenciones deben ser cuidadosamente valoradas para cada tipo de paciente y que la dieta cetogénica, aunque presenta una seguridad aceptable en el contexto oncológico, debe vigilarse para evitar complicaciones nutricionales o metabólicas, especialmente en casos de caquexia o deterioro avanzado por cáncer.

 

¿Qué es una dieta cetogénica baja en grasas y muy baja en calorías (VLCKD)?

La dieta VLCKD corresponde a las siglas en inglés de “Very Low-Calorie Ketogenic Diet” o, en español, dieta cetogénica muy baja en calorías. Se trata de un régimen nutricional que combina dos características principales: una ingesta diaria de calorías muy reducida (generalmente entre 600 y 800 kcal) y una restricción severa de carbohidratos, manteniendo un aporte moderado de proteínas y privilegiando las grasas saludables.

 

El objetivo principal de esta dieta es inducir al organismo en un estado metabólico denominado cetosis, en el que, debido a la escasez de glucosa proveniente de los hidratos de carbono, el cuerpo se ve forzado a usar las grasas como fuente principal de energía, produciendo compuestos llamados cuerpos cetónicos. Para ello, la cantidad de carbohidratos suele limitarse a menos de 50 gramos por día, mientras que se priorizan proteínas de alto valor biológico y grasas saludables como el aceite de oliva, frutos secos o aguacate.

Se considera que la VLCKD es una dieta de uso médico, indicada fundamentalmente en pacientes con obesidad o síndrome metabólico, bajo supervisión profesional, ya que permite perder grandes cantidades de peso corporal (especialmente masa grasa) sin afectar la masa muscular y con una reducción marcada del apetito y la ansiedad por comer.

 

La dieta cetogénica muy baja en calorías no sólo ha probado ser eficaz en la obesidad, sino que también ha mostrado beneficios en enfermedades metabólicas como la diabetes tipo II, el síndrome metabólico o el hígado graso, y está siendo objeto de intensa investigación en otras patologías, como trastornos neurológicos o incluso ciertos tipos de cáncer.

 

Su impacto va más allá de la balanza, ya que diversos estudios han identificado que una VLCKD puede provocar cambios epigenéticos beneficiosos, es decir, modificaciones químicas en el ADN que influyen en la función de los genes y que pueden revertirse mediante intervenciones nutricionales personalizadas.

 

No obstante, no es una dieta apta para cualquier persona y su realización exige el control de profesionales de la salud para detectar contraindicaciones y prevenir posibles efectos secundarios, que pueden incluir alteraciones metabólicas, carencias nutricionales o problemas cardiovasculares en individuos predispuestos

 

POWERED BY BIGPRESS