Musulmanes


A las derechas españolas parece que les gusta jugar con fuego y no les preocupan las consecuencias políticas y sociales que esconde el emprender un giro político hacia extrema derecha. Algo que, una vez más, hemos podido comprobar en las últimas semanas cuando, ya sea por ideología (Vox) o por oportunismo (PP), mostraron públicamente en Jumilla (Murcia) su ideología racista y discriminatoria. Una exposición que por la forma y el fondo no parece casual ni mucho menos coyuntural o aislada y que tiene mucha más importancia de la que las derechas y sus altavoces le quieren dar.

Recordemos los hechos. En la primera semana de agosto un pleno del ayuntamiento de Jumilla (Murcia) aprobaba una ordenanza que prohibía utilizar instalaciones públicas deportivas locales para actividades más allá de las deportivas o propuestas por el Ayuntamiento. En principio el acuerdo municipal no parecía haber tenido nada de excluyente de no ser que previamente la comunidad musulmana de Jumilla había solicitado permiso para celebrar en el centro deportivo el Eid Al Fitr (fin del Ramadan) y el Lid al Adha (el tradicional ritual islámico de sacrificio de animales). En este marco, el acuerdo, como así lo reconocerían los miembros del consistorio (PP, Vox), iba dirigido expresamente contra la comunidad musulmana lo que era un acto claro de discriminación religiosa y racismo (“objetivo cumplido... gracias a Vox se aprobó la primera ordenanza que prohíbe las ceremonias islámicas en lugares públicos en España... que fue y seguirá siendo tierra del pueblo cristiano” escribirían en Vox Murcia, calificando la decisión del ayuntamiento como “un éxito político”).

Una comunidad musulmana que, por otra parte, además de tener una cierta presencia en el ayuntamiento de Jumilla (sobre el 7,5% de una población que cuenta con 27.673 habitantes), desde su asentamiento en ese ayuntamiento había dado muestras sobradas de respeto y convivencia pacífica con los nativos del lugar. Algo que no resulta extraño en la Comunidad Autónoma de Murcia que pasa por ser la que cuenta con mayor proporción de población musulmana (9,3%) en España. He ahí la importancia de la decisión tomada por el consistorio de Jumilla que, en alguna forma, vino a crear un precedente de división local a causa de criterios racistas y religiosos.

Una división conscientemente provocada como así lo pusieron en evidencia las declaraciones posteriores de los máximos representantes en España de estas derechas (Vox y PP). Por su parte Santiago Abascal (Vox) después de que la Conferencia Episcopal Española (CEE) defendiera la comunidad musulmana de Jumilla cargaría duramente contra la CEE afirmando que estaba “sorprendido y triste” pues en su opinión “una parte de los obispos no se oponen a la política migratoria o al islamismo extremista que avanza”. Por su parte Alberto Núñez Feijóo (PP) saldría en defensa de la moción municipal asegurando que “en Jumilla no se vetó ninguna religión, sino que el gobierno municipal ejerció su competencia para decidir que en las instalaciones deportivas se ejerce exclusivamente el deporte”. ¡Los actos electorales y las comilonas de los partidos políticos también deben ser un deporte!

El sucedido en Jumilla podría considerarse una anécdota (muy criticable) de no ser que ya “llueve sobre mojado”. Desde que la extrema derecha cogió fuerza de nuevo en España, los sucesos de racismo y discriminación se multiplicaron y así lo confirma el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE) que señala como el racismo y la discriminación son las principales motivaciones de los delitos de odio en España. Que entre enero y diciembre del 2023 se registraron 2.672 contenidos de odio en las redes sociales y 1.532 atacaban a personas afrodescendientes y del norte de África. Por su parte el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica (CEDRE) completa esta información señalando que el 33% de los casos son por motivos religiosos.

Después de estos hechos y evidencias cabría preguntarse. ¿qué podría suceder si estas derechas (Vox/PP) que defienden, o en el mejor de los casos avalan, los casos de racismo y discriminación religiosa llegan a gobernar en España? ¿Volveríamos a las guerras de religión de tan terribles recuerdos en España y en Europa

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