La gestión del agua en el rural gallego es, en muchos casos, una tarea comunitaria que recae sobre los propios habitantes. Son los vecinos quienes se encargan de mantener en buen estado las infraestructuras, leer los contadores y asegurar que el suministro sea constante y de calidad. Estos sistemas, que a menudo se remontan a varias décadas atrás, son un pilar de la autonomía y la identidad local, permitiendo mantener unos costes muy bajos y un control directo sobre un recurso vital. Sin embargo, su funcionamiento depende del esfuerzo voluntario y del saber hacer de unos pocos, lo que los hace vulnerables al envejecimiento de la población y a la falta de personas dispuestas a tomar el relevo.
Los "libros gordos de Petete" se digitalizan
En Anceu, la responsabilidad de la gestión del agua ha recaído en Olga Aranda y Rosabel García. Ambas son las encargadas de llevar al día un sistema que abastece a la aldea, realizando tareas como la lectura de 400 contadores, la supervisión del depósito municipal y la detección de posibles consumos irregulares. Todo este esfuerzo, que hacen de forma manual y registrando la información en "los libros gordos de Petete", mantiene el coste del agua en unos económicos 85 euros por vivienda al año. Este método, aunque funcional, no es sostenible a largo plazo sin un relevo.
Conscientes de esta fragilidad, la organización sin ánimo de lucro Rural Hackers ha impulsado un "hackathon" de una semana de duración. El objetivo es crear una solución digital, en forma de aplicación web, que recoja y documente todo el proceso de gestión del agua. El proyecto busca facilitar el trabajo de Olga y Rosabel, asegurando que el conocimiento acumulado a lo largo de los años no se pierda y pueda "heredarse" de forma sencilla a las futuras generaciones de vecinos.
Tecnología para la supervivencia rural
La despoblación y el envejecimiento de la población son desafíos inmensos para el futuro de las aldeas. Las soluciones tecnológicas, como la que se está desarrollando en Anceu, pueden ser una herramienta clave para garantizar la supervivencia de estas comunidades.
La digitalización no solo simplifica las tareas manuales, sino que también ofrece una vía para atraer a nuevas generaciones y demostrar que el rural gallego puede ser un espacio de innovación y desarrollo. Jesús Angulo, director de operaciones de la empresa Next Digital, una de las colaboradoras en el proyecto, destacó la importancia de "dar una solución para colectivos que no son mayoritarios pero se enfrentan a los retos de la despoblación, precio y digitalización".
El proyecto de Anceu no es un esfuerzo aislado. La comunidad local ha contado con el apoyo de diversas empresas y profesionales que han aportado sus conocimientos y recursos. Este modelo de colaboración, en el que la tecnología se pone al servicio de las necesidades locales, es un ejemplo de cómo se pueden abordar los problemas específicos de las zonas rurales, buscando soluciones adaptadas a sus realidades.
Un modelo para más de 1.500 aldeas
Durante esta semana de trabajo, los participantes en el "hackathon" no solo se centrarán en el desarrollo de la aplicación, sino que también documentarán minuciosamente el proceso para que pueda ser replicado en otras comunidades. Al finalizar, la solución se presentará en una celebración comunitaria a la que acudirán representantes de otras aldeas con sistemas de gestión de agua similares.
El objetivo final es que el prototipo se quede en Anceu para su validación, y que en un futuro cercano, el modelo pueda ser implementado en más de 1.500 aldeas gallegas.